A mediados del mes pasado, el portal BuzzFeed se hizo eco de unos documentos internos de Facebook sobre los trabajos preliminares del proyecto. El objetivo, según la filtración, sería lanzar una variante de la popular red social Instagram accesible a los menores de 13 años -la edad mínima para crear una cuenta en la versión actual de la plataforma es 14-, en la que puedan interactuar y subir vídeos y fotos de forma segura.
Con este propósito, Facebook ha establecido una división de trabajo con la doble tarea de desarrollar una versión 'junior' de la plataforma y, al mismo tiempo, mejorar los protocolos y algoritmos de seguridad de su 'hermana mayor', de forma que no se cuelen menores y se reduzca el riesgo de interacciones no deseadas entre adultos e infantes.
Facebook tiene experiencia en estos menesteres: en el pasado lanzó Messenger Kids, una versión alternativa para niños de su popular sistema de mensajería en tiempo real.
La carta a Zuckerberg
La sensibilidad en todo lo referente a la relación de los menores con la red está a flor de piel después de sucesos como el de la muerte de una niña italiana que participaba en un desafío online de TikTok. Las autoridades del país transalpino ordenaron el bloqueo de la plataforma, medida que justificaron alegando que ésta carecía de filtros que comprobaran la edad de los usuarios.
La rabiosa controversia en torno a los límites que deben regir el acceso de los niños a los productos que circulan en la red salpica también a Instagram, aún más ahora que es un hecho conocido el plan de su empresa matriz, Facebook, de lanzar una versión para menores de 13 años. Numerosas organizaciones en defensa de los derechos de la infancia se oponen frontalmente, y así se lo han hecho saber a Zuckerberg.
La agrupación Campaña por una Infancia sin Comerciales (CCFC, por sus siglas en inglés) ha enviado una carta al magnate en la que defiende los efectos nocivos que dicho lanzamiento tendría sobre la infancia, e insta a Facebook a dar por cancelado el proyecto. La misiva, hecha pública el 14 de abril, ha contado con el apoyo y la firma de otras 35 organizaciones educativas, de padres de familia y de defensa de los derechos del menor. Los autores no compran los motivos de seguridad que esgrime la compañía y aducen que lanzar una versión de Instagram para niños menores de 13 años "no es el remedio adecuado y pondría en gran riesgo a los usuarios jóvenes".
En su argumentario, han citado diversos estudios que relacionan trastornos como la obesidad, la depresión e incluso las tendencias suicidas de muchos menores al ambiente de superficialidad y culto al cuerpo que reina en Instagram. Asimismo, citan otros problemas como el acoso, la intimidación o el abuso sexual. El texto dirigido a Zuckerberg sostiene que la intención de Facebook no es otra que la de crear una nueva generación de usuarios de Instagram para engordar sus balances, y hace referencia a las "características manipuladoras y explotadoras" de esta red social.