El le­trado de Francisco González trata, sin éxito, de re­mover las cuentas se­cretas en las islas Jersey

Torres (BBVA) se queda mudo y renuncia a preguntar a los perjudicados por FG-Villarejo

El ex mi­nistro so­cia­lista Miguel Sebastián re­procha el daño per­sonal por el ataque ho­mó­fobo su­frido

FG y Carlos Torres
FG y Carlos Torres

El si­lencio se­pul­cral, casi sos­pe­choso, del abo­gado del BBVA, Adolfo Fraguas, du­rante las de­cla­ra­ciones de los prin­ci­pales per­ju­di­cados por los es­pio­najes de José Manuel Villarejo por en­cargo del an­te­rior pre­si­dente del grupo ban­ca­rio, Francisco González, y que se in­ves­tigan en la Audiencia Nacional, no ha pa­sado des­aper­ci­bido para los "insiders" de esta ab­surda y re­pro­chable his­to­ria. Pero en la vista ju­di­cial, el pa­sado miér­co­les, más sor­prendió el le­trado de­fensor de FG, Jesús Santos, que in­tentó re­su­citar el caso de las cuentas se­cretas en Jersey ante el ex­vi­ce­pre­si­dente del BBVA, José Domingo Ampuero. No fun­cionó.

Ni una pregunta, señoría. Así se podría resumir la actuación de Adolfo Fraguas, el abogado del BBVA en el caso FG-Villarejo ante el desfile de los más directamente perjudicados por los espionajes que se investigan, según fuentes conocedoras de cómo discurrieron las declaraciones ante el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón.

Después de más de dos años de investigación judicial, el BBVA ha defendido en todo momento su inocencia a pesar de que está investigado (antes, imputado) como persona jurídica en todo un entramado para evitar que el entonces presidente de Sacyr, Luis del Rivero, se convirtiera en el principal accionista del banco.

Los fantasmas del pasado han resurgido tras la ronda de declaraciones de los que se ha venido a denominar como "grupo hostil". El propio Luis del Rivero ha declarado que desistió de su objetivo en el BBVA cuando se produjo el espectacular incendio en el edificio Windsor en 2005.

En aquella torre muy cerca de la sede que el BBVA ha tenido hasta hace unos años en cl complejo de Azca, en pleno Paseo de la Castellana, estaban los despachos de Deloitte con las pruebas de la supuesta venta irregular de FG Valores, la sociedad de valores del expresidente del banco Francisco González, a Merrill Lynch, y que fue el germen de su sorprende ascenso a la presidencia del BBVA, de la mano de José María Aznar .

Algunos directivos del BBVA palidecían por aquel entonces cuando se hablaba de aquel fuego provocado y de algunas sombras con perfil humano que se llegaban a perfilar en pleno incendio a través de los enormes ventanales del edificio.

Sorprendente ex fiscal

Más se remontó en el tiempo el abogado defensor de FG, Jesús Santos, que coicindiera como fiscal de la Audiencia Nacional con el actual instructor del vaso FG en el proceso contra Mario Conde, cuando trató de desempolvar el caso de las cuentas secretas en Jersey ante el que entonces era vicepresidente del BBVA, José Domingo Ampuero, bajo la presidencia del fallecido Emilio Ybarra.

Ampuero, que aspiraba por aquella época a suceder a Ybarra, contraatacó y aprovechó la ocasión para recordar que todo aquel asunto quedó archivado y exculpados todos los imputados, pero sirvió a Francisco González para quedarse como presidente único del banco y desalojar a todos los miembros procedentes del Bilbao Vizcaya, el conocido como grupo de Neguri.

Daño moral a Sebastián

El testimonio más personal fue el que Miguel Sebastián, que fue director del servicio de estudios del BBVA con FG y despedido del banco por ser persona poco apreciada por FG y su jefe de prensa, el periodista Ayuso. Cuando ya fuera del banco dio el salto a la política, de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero, Sebastián estaba en la Oficina Económica de Moncloa cuando la operación de Sacyr.

El que posteriormente fuera ministro de Industria y luego candidato a la Alcaldía de Madrid, reprochó el daño sufrido cuando se aireó sus preferencias de género, siempre conocida en ámbitos próximos y nunca ocultados -y menos en su declaración judicial- por el afectado. FG trató, en un ataque homófobo sin precedentes, recordado por el propio Sebastián ante el magistrado García Castellón, desprestigiar a un ex subordinado y ex ministro porque que le consideraba como uno de los colaboradores de Luis del Rivero para convertirse en el primer accionista del BBVA.

Francisco González llegó a presidir el banco que relegó al segundo puesto en España, por detrás del Santander, gracias a que el Gobierno de José María Aznar le puso al frente de Argentaria. De carácter huraño y muy desconfiado, FG no dejaba de ver conspiraciones y traidores por todos los rincones, incluso entre sus colaboradores más cercanos. Precisamente el miércoles, en los pasillos de la Audiencia, alguien recordó a uno de ellos, "el gran ausente del proceso".

Todas estas declaraciones en el Audiencia Nacional se producen justo antes de que la dirección del BBVA se reúna este viernes con los sindicatos para negociar un duro ajuste laboral y de que el actual presidente del grupo bancario, Carlos Torres, encare el 20 de abril la junta anual de accionistas.

Y también cuando se esperan grandes acontecimientos en la Audiencia, como la fecha de la apertura de la vista oral, con FG como previsible acusado, y la imputación de otro gran empresario en el caso, aparte de la de Antonio Brufau e Isidro Fainé, ocurridas esta semana. En todos ello la figura negrusca, como si se hubiese tocada por el incendio del Windson, del ex detective 'holivulesco' y acusador personal de todos ellos, el ex comisario Villarejo.

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