España es el país donde estos in­ver­sores tienen menos peso, pero la crisis an­ti­cipa cam­bios

Las empresas toman nota del derribo del CEO de Danone por fondos activistas

Puede haber ruido en aque­llas com­pañías que no hagan bien los de­beres en pleno Covid-19

Danone
Danone

Muchas veces se ha anun­ciado que viene el lobo en forma de fondos ac­ti­vistas en las em­presas es­pañolas y todas ellas se han sal­dado con una falsa alarma. El his­to­rial en España de este tipo de fondos que tratan de cam­biar el 'modus ope­randi' de em­presas en si­tua­ción de di­fi­cultad o que buscan im­poner cam­bios en la po­lí­tica me­dioam­biental y de go­bierno cor­po­ra­tivo es muy po­bre, muy ale­jado de los mo­vi­mientos ha­bi­tuales que se ven en otros grandes mer­ca­dos.

Reino Unido está a la cabeza de esta otra forma mucho más proactiva de ser accionista significativo de las empresas, como Alemania entre los países de la moneda única y también Francia. Que en un país donde los grandes conglomerados accionariales están superprotegidos por el aparato estatal, el presidente y CEO de Danone se haya visto obligado a renunciar al timón ejecutivo ha puesto a las empresas europeas alerta.

Danone busca nuevo consejero delegado después de que los fondos activistas Artisan Partners y Bluebell hayan sacado adelante sus reivindicaciones. El debate sobre las separación de poderes entre las empresas es largo en el tiempo, pero se vuelve especialmente intenso cuando una empresa no va bien en bolsa. Danone ha caído alrededor de un 25% en el último año al ritmo al que sufren las grandes cifras de la compañía por el impacto del Covid-19.

"Está claro que ahora las empresas están en una situación de mucha mayor debilidad respecto a sus accionistas más respondones. El coronavirus está poniendo en evidencia a muchos gestores. Una vez aceptado que el Covid-19 pasa factura a las ventas y los beneficios de las empresas, estos fondos piden que cúpulas de las compañías acierten con la estrategia para salir de la crisis. Y ahora la presión es muy alta para los que no van en la dirección adecuada", señalan fuentes bursátiles.

Las empresas españolas que más han sufrido y sufren en bolsa saben que están en una posición que, en algunos casos es de extrema debilidad. Sus valoraciones en el parqué han caído dramáticamente en el último año y, en algunos casos, apenas han ofrecido muestras de reacción consistentes. No son muchas las que por su estructura accionarial endeble podrían ser un objetivo de estos fondos activistas (que hasta ahora han considerado que otros mercados eran más atractivos), pero la realidad es que el número ha crecido sensiblemente en los últimos 12 meses.

Una anécdota cada fondo

Si los fondos activistas aún son casi una anécdota en nuestro mercado es porque muchas de las grandes empresas españolas -léase los grandes grupos constructores y de servicios, las 'utilities' o algunos grupos financieros- están blindadas por las mayorías de sus accionistas de referencia o su escaso 'free float'. Dos circunstancias que reducen mucho el radio de acción de los fondos activistas, que buscan empresas donde sus opiniones y las de posibles nuevos inversores interesados en comprar pesen.

En España, Artisan cuenta con el 3% de Bankia. En el mercado ya se rumoreó en 2019 que la firma se opuso a una posible fusión del banco nacionalizado con Sabadell. Sin embargo, sí ha bendecido la fusión de Bankia y CaixaBank, porque cree que en este caso se dan todos las circunstancias para que la operación genere valor. Y bien conocida ha sido la presión del fondo TCI en Aena donde, entre otras cosas, siempre ha defendido la privatización total del grupo. De momento, son excepciones, pero su ejemplo podría ser seguido pronto por otros grandes fondos activistas.

Aunque la Bolsa española ha rebotado alrededor de un 35% desde los mínimos de marzo del año pasado, las valoraciones de un gran número de empresas siguen muy castigadas. Y sus equipos gestores, cuestionados. En estos momentos, el terreno parece abonado en aquellas compañías que no sean capaces de recuperarse al ritmo medio del mercado. Su debilidad es la fortaleza de estos fondos, que suelen ser tan pacientes como implacables.

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