Es como si el tiempo se hubiera parado. Las cotizaciones de Solarpack, Soltec, Solaria o Grenergy acumulan grandes caídas entre el 25% y el 30% en 2021. Han reaccionado un poco desde sus mínimos del año, pero se han quedado sin fuerza para más. A simple vista, pudiera parecer que los inversores han detenido las máquinas en el sector, pero nada más lejos de la realidad. El movimiento de acciones es continuo en las últimas sesiones.
En los estertores de este mes de marzo, Natixis ha aflorado a través de una filial el 3% de Solaria, donde un transatlántico como Invesco ha elevado su participación por encima también del 3%. En Soltec, el propio Invesco y Swedbank han adquirido sendos paquetes del 2,46% y del 3%. Y en Grenergy se ha movido la autocartera, que se ha disparado hasta el 2%. Por lo tanto, hay mucha actividad alrededor de un sector que todavía levanta más pasiones que fobias.
"La ola verde que rodea a las renovables sigue muy alta. España quiere aumentar la potencia eléctrica limpia hasta los 120.000 MW de cara al año 2030, desde los menos de 58.000 MW disponibles ahora. Eso es una barbaridad para sólo una década, pero qué duda cabe que ahora España es la Meca de las renovables, por su potencial y por sus condiciones climatológicas. Los fondos no van a perder ninguna oportunidad si ven precios atractivos", señalan fuentes del sector.
Y no hay duda de que las fuertes caídas en bolsa de 2021 han despertado el apetito de unos inversores que, eso sí, son ahora mucho más selectivos. Algunos, más especulativos, están entrando al calor de un posible rebote contundente que, de momento, no llega. Otros lo hacen con vocación de medio y largo plazo en aquellos proyectos que consideran más consistentes. Y todo ello en medio del debate sobre una burbuja que ya lo es un poco menos en bolsa.
De lo que ya no hay dudas es de que se terminó aquella etapa en la que el dinero no reparaba en precios antes de comprar renovables. Hace apenas 10 días, Grenergy tuvo que aplicar un descuento de casi el 13% sobre su precio de mercado para sacar adelante su ampliación de capital acelerada de 105 millones de euros para avanzar en su plan de crecimiento. La rebaja dejó de piedra a más de uno en el sector, que no esperaba una exigencia tan alta de los grandes fondos.
La ampliación de Grenergy ha sido un golpe de realidad. A los compradores no les bastaba con el ajuste precio que ya había protagonizado el valor en bolsa y pidieron un tijeretazo suculento. Ha sido como certificar que se abre una nueva etapa para las renovables en bolsa de exigencia máxima por parte de los inversores y, por otra parte, de comprobar que las empresas van a pasar un duro examen si quieren financiarse en el mercado de valores.
"Ahora somos mucho más selectivos. Antes bastaba con estar para ganar dinero; ahora hay que posicionarse en el sitio bueno, porque no todos los proyectos van a salir adelante" señalan en fuentes bursátiles. Relegados al f