La compañía ha puesto sobre la mesa 2.200 millones de euros (1.600 por la compra de Cyfrowy Polsat en una operación que se financia con caja disponible más otros 600 millones para nuevos desarrollos) que, como viene siendo una constante en la historia bursátil de la compañía, ha provocado una nueva oleada de compras en bolsa. Cualquier adquisición de Cellnex es valorada como un triunfo porque el historial de compras es tan consistente que no genera dudas.
"Mejora la visibilidad", "da continuidad a la estrategia de crecimiento", "demuestra que la compañía no se para ante nadie", "la deuda neta es perfectamente asumible"... Estas son algunas de las frases que destacan en los informes de los analistas posteriores a la presentación y a la publicación de las cuentas de 2020. Hay unanimidad sobre los números y la estrategia: Cellnex es una de las empresas que casi nadie se atreve a cuestionar.
Pero la compra en Polonia se ha producido en un escenario bursátil nuevo de corrección más que significativa de la acción de Cellnex. Por primera vez, los inversores estaban realizando beneficios de forma sostenida desde que en noviembre la cotización superó por un amplio margen el nivel de los 50 euros. La caída se acentuó en el recién finalizado mes de febrero, cuando la 'teleco' puso en juego un soporte tan importante como el de los 40 euros.
La adquisición polaca ha puesto punto y final a la corrección. El dinero ha vuelto, no de forma demasiado sostenida en el tiempo, pero ha regresado para provocar un rebote que de momento no parece la antesala de un cambio de tendencia. En las dos últimas sesiones, Cellnex ya ha ofrecido signos de cansancio alrededor de los 45 euros. Dando por hecho que es imposible seguir el ritmo frenético de los últimos años en bolsa, ahora las valoraciones son mucho más exigentes.
Voracidad inversora
"Hay un problema. Y es que los inversores están exigiendo a Cellnex una voracidad compradora que es insostenible ya. American Tower ha puesto las valoraciones por las nubes y, en clave europea, Orange acaba de lanzar su división de torres de telefonía móvil. Se llama Totem y ya está explorando la posible integración de activos de otras de sus divisiones europeas", señalan fuentes del sector que recuerdan que la etapa en la que Cellnex cabalgaba casi sola en Europa, ha terminado.
Por el camino, a Cellnex le espera otra gigantesca ampliación de capital de 7.000 millones de euros que levanta enormes expectativas en el mercado, que espera de la compañía más y compras. ¿Hasta dónde? ¿Y qué pasa con la deuda después de casi 40.000 millones de euros en seis años? Al resultado neto le pasan factura las amortizaciones y los costes financieros generados por la política de compras más agresiva de una empresa del sector en Europa.
Y la deuda neta se ha ido ya hasta los 6.500 millones de euros, un 65% superior a un año antes. Algunos analistas la ven ya por encima de los 10.000 millones de euros al cierre de este año, pero de momento la maquinaria de Cellnex lo aguanta todo. Nunca una compañía española se vio obligada a comprar tanto y tan rápido para seguir alimentando a todo gas la caldera bursátil. El mercado, más voraz todavía, sigue esperando la próxima adquisición.