Algo que se explica por la disparidad que se puede observar en gravámenes como en el caso del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), Sucesiones y Donaciones, además de otros tantos impuestos propios de cada región como recuerdan en un informe elaborado de forma conjuntar por la Cámara de Comercio y el Consejo General de Economistas (CGE).
Al contrario que esas tres comunidades autónomas mencionadas, Extremadura y Andalucía se sitúan en el lado opuesto con una mayor presión fiscal. Una situación que además coincide con que dichas regiones ostentan las tasas de desempleo más altas de nuestro país. Tal es la diferencia entre los dos lados de la baraja que un extremeño, por ejemplo, soporta el doble de esfuerzo fiscal que uno vasco.
¿Dónde hay más recaudación líquida?
Cuando se habla de presión fiscal para los ciudadanos es lógico hablar de las realidades donde se observa una mayor recaudación. Y este es el caso de Cataluña, Madrid y Andalucía. Tres comunidades que concentran en suma más del 50% del total a nivel nacional.
Algo que, sin embargo, no ocurre de la misma manera en otras como La Rioja y que pone en evidente que tras casi 50 años de existencia del nacimiento del sistema de financiación autonómica no son pocas todavía las dudas que surgen al tratarse de un mecanismo complejo que trae consigo todo tipo de debates a nivel no solo social, sino también político.
El PIB nacional
En nuestro país no se puede hablar de los datos del PIB (el Producto Interior Bruto o lo que es lo mismo el conjunto de los bienes y servicios producidos en un país durante un espacio de tiempo, que normalmente es un año) sin mencionar tres regiones que soportan la mitad del mismo ellas solas.
Es el caso de Madrid y Cataluña (que aportan casi un 40% entre las dos) además de Andalucía con algo más de un 13%. Porcentajes donde año tras año van ganando terreno por detrás comunidades como Valencia, Canarias y Murcia.
Pese a lo que se pueda esperar, las tres provincias vascas han experimentado un retroceso de un punto porcentual debido sobre todo a la pérdida experimentada en lo referente al sector industrial.
Todo esto ha hecho que, según conclusiones del informe antes mencionado, la riqueza de España se haya triplicado si tenemos en cuenta el último medio siglo. Así, se ha pasado de un PIB que a mediados de la década de los 70 se cifraba en unos 414 millones de euros a más de 1 billón en 2019 (los últimos números de los que se dispone).
**¿Futura reforma fiscal? **
Desde hace semanas en los medios aparece con mayor asiduidad el plan del Gobierno Central de elaborar una propuesta para una posible reforma fiscal. Una iniciativa que nace para equiparar la recaudación que se hace en nuestro país a valores del resto de Europa donde la presión fiscal media superar en siete puntos a la nuestra.
Entre los entresijos de esta futura reforma, uno de los puntos clave como apuntan fuentes del ministerio que dirige María Jesús Montero es armonizar aquello que tiene que ver con los impuestos de Sucesiones y Patrimonio. Algo que se le prometió a uno de los socios del gobierno en los presupuestos, ERC, con el fin de acabar con el llamado dumping fiscal de territorios como Madrid.
Básicamente de lo que se trata es de poner fin a esa lucha entre comunidades para lograr que las empresas trasladen sus sedes sociales a ciertos territorios atraídas por el supuesto margen que tienen para regular ciertos impuestos y lograr entonces un mayor beneficio en sus cuentas. Y es que, de conseguirlo, esto se traduciría en una mejora de la economía de la región gracias a la creación de empleo y a la activación de la economía local. De ahí la necesidad de hacerse con un mayor trozo del pastel.