La salida de Pablo Iglesias del Gobierno de coalición es, sobre el papel, una buena noticia para los mercados. Los continuos encontronazos entre el líder de Podemos y Pedro Sánchez han debilitado extraordinariamente la imagen internacional de España. Y también la valoración de sus activos. El Ibex sube, sí, como lo hacen todos los mercados al rebufo de una teórica potente recuperación de la economía. El avance es de alrededor de un 7%.
Pero sigue lejísimos de los 10.000 puntos de febrero de 2020 y por debajo de las mejores subidas del año en los grandes mercados mundiales, algunos de los cuales están en máximos históricos. El índice EuroStoxx 50 avanza un punto porcentual más en lo que va de año, y un indicador tan comparable en el sur de Europa como el MIB italiano avanza más de un 8%. Y los expertos no pueden estar más de acuerdo en que no hay más razón para explicar este continuo desfase que el ruido político.
Los grandes fondos creen que la salida de Iglesias es un gran alivio, pero también recuerdan que deja una herencia envenenada. Afortunadamente, el nombramiento de Yolanda Díaz como vicepresidenta segunda del Gobierno, por delante de de Nadia Calviño, no se ha confirmado, y Podemos no ha conseguido colocar una pieza básica en la gestión de la política económica del país a corto y medio plazo.
Calviño se ha mantenido al frente a los nuevos galones de la batalladora Díaz, que frente a las reticencias de los ministros socialistas seguirá defendiendo con ardor la derogación de la batalla laboral y la subida del salario mínimo. Ortodoxia frente a beligerancia justo ahora, cuando lo más importante es que las ayudas europeas aterricen en España en las cantidades y los plazos necesarios para salvar una situación económica de las empresas más que inquietante.
Clima desagradable
"Es una situación que no nos gusta nada. La salida de Iglesias no es tan tranquilizadora como podría pensarse. Por un lado abre un nuevo frente de batalla en Madrid, una plaza absolutamente clave en términos políticos. Y, lejos de dar un paso al lado, impone a sus sucesores en el Gobierno y en el partido. El ruido político está garantizado y nosotros optamos por la liquidez al menos hasta mayo, cuando conozcamos el resultado de las elecciones en Madrid", señalan en una gran gestora internacional.
La misma reflexión se repite en otras grandes firmas que recuerdan que España no es ahora una prioridad. "Estamos haciendo un buen primer trimestre en Europa, y en España se ha ganado mucho dinero sobre todo en el sector bancario. No pasa nada por tomarse unas semanas de descanso a la espera de acontecimientos, porque tenemos que digerir unos movimientos políticos que son totalmente inesperados", señalan fuentes bursátiles.
Lo cierto es que el ruido político está totalmente garantizado, entre disyuntivas como "comunismo o libertad" o calificativos como "derecha criminal". No hay peor carta de presentación para el temeroso y sensible mundo del dinero, que tiene otras muchas opciones para elegir fuera de España en los próximos meses. Queda claro que el desfase entre el Ibex 35 y el resto de bolsas europeas sólo puede crecer a corto plazo.