La consigna es aguantar el golpe con la mayor determinación posible y, si es posible, intentar tomar posiciones muy selectivas en aquellas compañías que están sufriendo un castigo exagerado. "Seguramente el Ibex 35 va a sufrir a corto plazo para mantenerse por encima de los 8.000 puntos. Los puede perder porque la pandemia azota al máximo, pero al mismo tiempo creemos que el peor escenario ya está descontado", señalan en un gran bróker nacional.
En el caso de la bolsa española, y por extensión de la de la zona euro, hay razones para justificar que el dinero haya parado las máquinas. El ritmo de crecimiento económico de la zona se va a resentir mucho -apenas creció un 2,2% en el tercer trimestre, confirmando una desaceleración que será más pronunciada en este tramo final de 2021- y hay muchas dudas sobre la hoja de ruta monetaria del BCE.
El mercado ya da por hecho que no habrá subida de tipos al menos hasta bien entrado 2023, y eso hace que los inversores mantengan su apuesta en bolsa. Cuestión de rentabilidad y de ausencia de alternativas. Y también de que, como muchas grandes firmas internacionales esperan, las empresas europeas empiecen a corregir el desfase de crecimiento del beneficio por acción que acumulan respecto a las estadounidenses.
"Hay que tener en cuenta que el Euro Stoxx 50 viene de una corrección de alrededor del 6% respecto a los máximos del año de mediados de noviembre. Por lo tanto, ya ha salido del mercado mucho vendedor nervioso en este mes largo de nervios y dudas. Los que quedan tienen mucho más clara su apuesta por la renta variable y, salvo gran agravamiento de la situación sanitaria, la mantendrán a corto plazo", aseguran en una gestora anglosajona.
Activadas todas las alertas
Lo que no quiere decir que no estén activadas todas las alertas. Además de a Ómicron, hay un miedo poco disimulado a los altos niveles alcanzados por los índices de Wall Street. La consecuencia es que quien más quien menos ha rebajado su actividad en bolsa a la espera de que se aclare el panorama y está apostando por la liquidez a la espera del momento para volver a entrar en el mercado de acciones.
Pero esa es una estrategia que están llevando a cabo desde hace varias semanas, por lo que nadie espera una oleada de ventas. En el Ibex 35, los volúmenes de contratación de los últimos días no están superando, salvo raras excepciones, los 1.400 millones de euros. Unas cifras bastante discretas que demuestran que no hay en absoluto desbandada y sí una especie de tregua es un escenario de bastante incertidumbre.