El sector de oficinas, que venía experimentando una recuperación sostenida en los próximos meses en las zonas 'prime' de Madrid o Barcelona -no tanto en la periferia, donde las valoraciones sufren descensos superiores el 10%- se topa con un muro de cara al arranque de 2022. "Las decisiones de contratación se van a posponer, ya veremos hasta cuándo. Es un serio contratiempo", señalan fuentes del sector.
Efectivamente, muchas empresas habían marcado en el calendario el comienzo de 2022 para la vuelta masiva a las oficinas. Y el sector esperaba un importante impulso en el primer trimestre del año que viene que no se producirá. Por lo tanto, este sector parece abocado a un arranque de ejercicio pobre, en el que volverá a ser superado por los sectores logístico y residencial, los grandes ganadores de 2021.
La nueva variante del Covid-19 supondrá un nuevo impulso para el sector logístico. Las restricciones que impone el avance de Ómicron volverán a tirar el comercio electrónico, y las necesidades de almacenamiento seguirán en aumento. Según datos de CBRE, las valoraciones de los activos logísticos han crecido alrededor del 20% tanto en Madrid como en Barcelona respecto al cierre de 2019, antes de la irrupción de la pandemia.
"Estamos ante un auténtico 'boom'. Hay tanta demanda que las rentabilidades se están comprimiendo hasta niveles nunca vistos en el sector logístico. Ya estamos en alrededor del 4% para los activos logísticos 'prime', que son la auténtica estrella en el mercado español. Falta producto de primer nivel para atender la demanda de los inversores, por lo que veremos un mercado potente y tensionado durante todo 2020", señalan en el sector.
Situación de la vivienda
En vivienda, la situación es relativamente parecida. Las nuevas variantes del Covid-19 siguen acelerando el trasvase de ciudadanos desde el centro de las ciudades a zonas verdes y amplias a un radio de 20 kilómetros de las grandes capitales. Con casi 2.000 millones de euros, el sector residencial ha sido el que mayor capital había captado en inversiones en los nueve primeros meses del año.
Gran parte se ha ido al segmento de “build to rent”, que cubre las necesidades de los que no pueden comprar una casa y se decantan por el alquiler. Por lo tanto, las oficinas tienen en los sectores logístico y residencial dos huesos muy duros de roer de cara a un 2022 que será muy exigente en términos de producto. Y muy especialmente en oficinas, donde las necesidades han cambiado radicalmente.
Las empresas tienden a mantener sus sedes centrales en el centro financiero de las grandes ciudades, pero con espacios mucho más reducidos. En paralelo contratan espacios flexibles en ubicaciones más baratas. Según la consultora Colliers, en el primer semestre de este año se produjo un aumento neto de 155.000 metros cuadrados en espacios de trabajo flexibles en la región de Europa, Oriente Próximo y África (Emea). Cada vez más empresas inversores se interesan por esta modalidad.
Por lo tanto, el sector inmobiliario se enfrenta a un 2022 de enormes retos y de velocidades muy distintas entre distintos segmentos. Los cambios estructurales impulsados por la pandemia en 2019 han llegado para quedarse y obliga a una remodelación de estrategias que será especialmente relevante en un mercado de oficinas obligado a reinventarse.