El Banco de España vi­gila el cum­pli­miento de la ley con las cuentas bá­sicas

La banca cambia su estrategia de comisiones para mantener la competitividad

Los ca­nales di­gi­tales ganan peso con la ame­naza de las fin­tech de fondo

Comisiones en cajeros
Comisiones en cajeros

Los in­gresos por co­mi­siones se han con­ver­tido este año en el prin­cipal sostén de los re­sul­tados de la banca. Prácticamente un tercio del ne­gocio de las prin­ci­pales en­ti­dades fi­nan­cieras es­pañolas (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankinter y Banco Sabadell) pro­cede del cobro de co­mi­sio­nes, que ha ex­pe­ri­men­tado un cre­ci­miento de más de dos dí­gitos de media entre enero y sep­tiem­bre. Las en­ti­dades se de­fienden y ase­guran que este re­punte no solo se debe al alza de ta­sas.

El crecimiento del consumo por el consecuente aumento de las transacciones derivados de la recuperación económica, junto a las nuevas formalizaciones de crédito y seguros asociados y una mayor demanda de productos de inversión estarían detrás de la reactivación de este concepto que estaría compensando en buena medida los menores márgenes por los bajos tipos de interés.

Las comisiones fidelizan y vinculan clientes

En cualquier caso, en los últimos años se ha percibido un incremento de las comisiones asociadas a los productos básicos como el mantenimiento de cuentas, o el uso de las tarjetas y los cajeros. Acuciados por el impacto de la pandemia, las entidades financieras han ido modificando sus condiciones con el objetivo de penalizar a los clientes menos vinculados. Es decir, aquellos que solo utilizan las entidades para tener una cuenta donde realizar sus ingresos, realizar pagos, tener una tarjeta y poco más.

El mantenimiento de este tipo de cuentas se ha ido encareciendo progresivamente por parte de las entidades financieras hasta superar en algunos casos los 300 euros anuales, generando un efecto devastador en los clientes con menor poder adquisitivo y menos activos, financieramente hablando.

Para reducirlas, las entidades ofrecen la alternativa de contratar productos vinculados como fondos, depósitos planes de pensiones o seguros, además de los créditos personales o hipotecarios el principal negocio bancario que ahora está de capa caída por los bajos tipos de interés.

Una estrategia destinada, aseguran los bancos, a vincular más a los clientes con productos de valor añadido y no con el único objetivo de elevar los ingresos por comisiones, pero que los analistas creen que debe ir cambiando conforme la subida de tipos de interés prevista a medio permita impulsar sus márgenes.

Crecimiento de los ingresos

Entre los cinco grandes, al cierre del tercer trimestre, el mayor crecimiento por este concepto lo ha experimentado Bankinter con un incremento del 23%. El BBVA le ha seguido de cerca con un aumento de los ingresos por comisiones del 18%. Con esta subida ha pasado a ser la entidad con mayor peso de las comisiones en sus ingresos al alcanzar un 35%.

El crecimiento en el resto de entidades es algo menor, pero se mantiene en torno al 5%. De este modo, casi un euro de cada tres ingresados por las principales entidades financieras es fruto del cobro de comisiones.

Aunque es cierto que este impulso no se ha debido solo al alza de tasas para incentivar la vinculación, se empieza a observar también un cambio de estrategia por parte de las grandes entidades a la hora de fijar altas comisiones que, por otra parte, amenazan con la pérdida de clientes.

Canales digitales, la apuesta del sector**

Así lo apuntan los analistas. El objetivo de las grandes entidades en la actualidad es derivar a los clientes menos vinculados hacia sus canales digitales con el que mantener reducidos los costes y ofrecer cuentas gratuitas al tener estructuras más livianas. Se trata de dar una alternativa a sus clientes para mantener tanto la competitividad como para evitar la fuga hacia las fintech, cada vez con más arraigo.

En este sentido, Santander ha apostado abiertamente por OpenBank, un banco online disponible en cualquier momento y sin gastos asociados a la cuenta, así como sus propios canales digitales. Uno de los pioneros en este mercado ha sido el BBVA, con los extintos Banco Directo o Uno-e, y que ahora está apostando fuerte por su canal digital a través de su aplicación para web y móviles con el que ha logrado atraer a cerca de un millón de nuevos clientes.

Por su parte, CaixaBank dispone de una cuenta móvil sin comisiones de administración ni mantenimiento para mayores de 18 años a través de Imagin. La entidad no pide domiciliar nómina ni recibos como requisito para acceder a todas sus ventajas, algunas muy enfocadas en los clientes más jóvenes, como el acceso gratuito a contenidos y servicios digitales como música, videojuegos, tendencias, tecnología y sostenibilidad.

Banco Sabadell y Bankinter también se han sumado a la nueva estrategia digital con la “Cuenta Activa” y la “Cuenta Nómina”, respectivamente que también ofrecen servicios similares sin gastos y comisiones.

Cuentas básicas gratuitas para los más vulnerables

Desde el 22 de marzo de 2019, la ley establece, además, un régimen gratuito de cuentas de pago básicas en beneficio de personas en situación de vulnerabilidad o con riesgo de exclusión financiera. Un tipo de cuentas que responden a la necesidad de promover la inclusión financiera en la Unión Europea, facilitando el acceso de los consumidores con bajos ingresos o sin nómina a los servicios bancarios básicos.

Los bancos no solo se encuentran obligados a ofrecer este tipo de cuentas sin condicionar su contratación a la suscripción de otros servicios, sino también a darlas a conocer e informar sobre sus características.

Para comprobar de primera mano la información y explicaciones que las entidades proporcionan a sus clientes sobre los diversos productos que ofrecen, varios equipos de supervisión del Banco de España han visitado 152 oficinas bancarias de 12 entidades en estos meses. El objetivo es velar por el cumplimiento de la normativa en la comercialización de cuentas de pago con el fin de aumentar la eficacia de la labor supervisora, así como la de reforzar una adecuada conducta de las entidades a la hora de tener presente las necesidades e intereses de los clientes.

Estas cuentas denominadas en euros deben permitir prestar al menos los servicios de apertura, utilización y cierre de la cuenta, depósito de fondos, retirada de dinero en efectivo y operaciones de pago en la Unión Europea como son adeudos domiciliados, operaciones de pago mediante una tarjeta de débito o de prepago, incluidos los pagos en línea; y transferencias, incluidas las órdenes permanentes.

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