En 2017, Macron y el anterior primer ministro italiano, Paolo Gentilone, ya habían intentado un acercamiento que sería rechazado por los seguidores del Movimiento 5 Estrellas y los nacionalistas italianos. Ahora, el nuevo acuerdo pretende buscar como suavizar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento con sus restricciones sobre déficit presupuestarios, 3% de tope, o el endeudamiento público, 60% del PIB.
¿Hacia dónde se orientará el nuevo ejecutivo alemán? ¿Más Europa con sus políticas monetarias y fiscales expansivas, o más nacionalismo, más acogida o barreras más altas a la inmigración?
En Francia, con elecciones presidenciales a la vista, Macron busca robustecer su candidatura con su carta europea como divisa cuando el nacionalismo exclusivista parece que sigue ganando terreno. La República en marcha de Macron ha mostrado sus debilidades en las últimas elecciones locales.
El nuevo gaullismo, de forma más o menos velada o abierta, gana terreno entre las élites políticas del centro y centro derecha en Francia. El exprimer ministro y alcalde de Havre, E. Philippe, cuenta con una extensa simpatía entre los franceses, pero Philippe ha anunciado que no quisiera enfrentarse a quien fue su presidente.
¿Quién podría ser el elegido para capitanear la puesta de la Francia republicana? ¿Acaso Michel Barnier?
Barnier carece de la popularidad de Philippe. Su principal credencial es su condición de negociador con los británicos en el episodio del Brexit. Barnier se ha presentado como un europeísta super convencido y así lo escribe en su libro “La grande illusion”. “Por mi parte siempre pensé que Francia es más grande cuando es Europea y que debe guardarse la arrogancia de querer una Europa francesa”, afirma en su libro..
Una cosa es el Brexit y otra, como señala Sideon Rechman en el Financial Times, la presidencia de Francia. Dudas de Barnier sobre la inmigración con una propuesta de moratoria a 5 años y menos contundencia entre la soberanía francesa y europea.
Los franceses, como también muchos italianos, no tienen una opinión favorable sobre la inmigración e incluso se resisten a supeditan la soberanía nacional a las normas comunitarias.
Dudas asimismo sobre si el nuevo gobierno alemán se alinearía de un modo o de otro con los estados frugales (Dinamarca, Austria, Suecia u Holanda), gobiernos de coalición con una fuerte presencia socialdemócrata.
Dudas también sobre si al reciente pacto Draghi-Macron sería respaldado por una Francia gaullista y una Italia menos cosmopolita. Dudas finalmente sobre si un gobierno español formado por el PP y VOX no vería con buenos ojos confirmar un nacionalismo patrio: más España y menos Europa.