Pero también ha advertido, que sin acuerdo lo que estarían en riesgo serían los futuros desembolsos. Es lo que ha forzado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a tomar cartas en el asunto y convocar para el próximo martes una reunión con todos los ministros implicados en la negociación de la reforma laboral. Cinco socialistas por una de Unidas Podemos.
En su intervención en los desayunos de Europa Press aseguraba que el diálogo con España es muy fluido pero que ahora está a la espera de los aspectos concretos de la reforma laboral y de las pensiones. Quiere el documento final del Gobierno, y no hablar sobre lo que dicen los recortes de prensa. Aun así, Gentiloni anticipó que los próximos 10.000 millones ya están prácticamente preparados para su desembolso y podrían llegar sin que se aprueben las reformas.
El gobierno español también espera que este desembolso llegue antes de finales de año. Lo justifica recordando que están ligados a 50 hitos y objetivos del plan enviados a Bruselas y que ya se han cumplido entre marzo de 2020 y junio de 2021. En esto coinciden Gobierno y Comisión Europea que ven muy probable que el dinero pueda entregarse antes de que acabe el año.
Lo que está en riesgo son los siguientes pagos. El próximo, en este caso de otros 12.000 millones, se produciría en la primavera del 2022. Para entonces sí será necesario que se hayan alcanzado las metas acordadas para finales de año. Entre ellas, y de forma destacada, la reforma del mercado laboral. A partir de ahí las demás cantidades ya llegarían de forma semestral. España, como el resto de países que han presentado sus planes de recuperación, tendrá que superar semestralmente los análisis que realizarán los funcionarios de la Comisión Europea sobre el cumplimiento de los compromisos adquiridos para recibir las transferencias con el Consejo.
Rigor en Presupuestos
En cuanto a los Presupuestos Generales y las previsiones económicas del Gobierno, Gentiloni ha querido ser exquisito con el Gobierno. De hecho, ha rehusado especular con una revisión a la baja de las previsiones enviadas por Nadia Calviño. Pero ha dado a entender que la rebaja será inevitable aunque, es cierto, que se ha remitido a la actualización de las proyecciones de Bruselas que darán a conocer el 15 de noviembre.
Respecto a la economía mundial, el comisario europeo cree que todavía se ciernen media docena de incertidumbres como la evolución de la pandemia, los problemas de abastecimiento de productos básicos, la escalada de los precios del gas, el incremento de la inflación y la necesidad de iniciar a controlar los niveles de déficit y deuda desbocados de algunos de los países que obligatoriamente van a restar crecimiento económico.
Muy expresivo a la hora de hablar de los escenarios de incertidumbre que se ciernen sobre el mundo, Gentiloni, no ha querido entrar en la polémica interna que mantienen los socios de Gobierno en España para atribuirse el nuevo modelo de relaciones laborales. Eso sí, insistió al menos hasta en cuatro ocasiones en su encuentro en los desayunos de Europa Press, en la conveniencia de que la propuesta española se realizara en el marco del diálogo social entre empresarios, sindicatos y Gobierno.
A ello, ha añadido su deseo de que la reforma laboral aborde los problemas de la dualidad y la precariedad de nuestro mercado, pero sin restar dinamismo a las empresas españolas.
La responsabilidad se la deja al Gobierno. Su presidente, Pedro Sánchez, ha asumido el reto de tener que resolver el problema que se ha generado entre los dos partidos de la coalición gubernamental ante la tensión sobre quien dirige la negociación con los líderes sociales y qué se incluye en esa negociación.
La negociación se asume que la va a dirigir el ministerio de Empleo, según el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos, pero en la mesa de negociación con sindicatos y patronal estarán también presentes dos directores generales de la vicepresidencia primera del Gobierno y ministerio de Economía y del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, al mando de Nadia Calviño. Así, no será solo el ministerio dirigido por un miembro Unidas Podemos quien asumirá la responsabilidad de la negociación, sino que también estarán presentes representantes de los ministerios gobernados por el PSOE.
Pero lo que es más importante. En la reunión del próximo martes que presidirá Pedro Sánchez para fijar el contenido de lo que se debatirá en los futuros encuentros en la negociación social, habrá otros cuatro ministros de la cuota socialista, -Economía, Hacienda, Inclusión, y Educación-, por una sola representante de Unidas Podemos, que será Yolanda Díaz.
Pese al acuerdo inicial que descarta la ruptura de Gobierno y, pese al documento inicial, donde se incluyen los temas principales planteados por Díaz, el acuerdo definitivo para la reforma laboral entre Sánchez y la ministra de Empleo, no se ha logrado. Todavía tendremos que asistir a puestas en escena de los principales protagonistas en que se han convertido el presidente del Gobierno y su vicepresidenta segunda.
Al margen de las cuestiones específicas, de si se trata sencillamente de una reforma, aunque sea en profundidad, o si es la derogación total de la reforma laboral aprobada por el PP por Real Decreto Ley del 12 de febrero del 2012, hay más. Detrás de este enfrentamiento está también el temor a la importancia de lo que está consiguiendo ante la opinión pública la líder de Unidas Podemos, Yolanda Díaz.
Además de ser la política mejor valorada del Gobierno, los últimos datos del CIS desvelan que un 16 % de quienes confiesan haber votado al PSOE en las últimas elecciones lo harían ahora por Yolanda Díaz. Este dato contrasta con solo el 1 % que confirmaban que lo harían por su predecesor, Pablo Iglesias.
Las exigencias de Bruselas obligan al Gobierno a tratar de llegar a un acuerdo lo más rápido posible. Pero la lucha por el liderazgo del voto de la izquierda lo hará todavía esperar y poner en peligro el segundo desembolso de Bruselas.