BOLSA

Codere, ceremonia de confusión

Resulta cuanto menos cu­riosa la reac­ción al alza de Codere en las bolsas tras co­no­cerse su pro­ceso de li­qui­da­ción. El de­to­nante ha sido un co­mu­ni­cado del grupo a la CNMV acla­rando la afir­ma­ción de que no podrá con­ti­nuar como em­presa en fun­cio­na­miento con la puesta en marcha del pro­ceso de li­qui­da­ción.

La compañía ha querido aclarar este extremo, asegurando que el proceso de reestructuración financiera que atraviesa "no afecta al normal desempeño de las operaciones del grupo en los distintos países en los que opera, incluido el mercado español".

Como consecuencia del proceso de reestructuración, Grupo Codere pasará a ser controlado por una nueva sociedad holding, a través de la cual los actuales bonistas del grupo tendrán el control del mismo, ostentando un 95% de su capital, mientras que el restante 5% corresponderá a los actuales accionistas del grupo.

"Con posterioridad a la implementación de esta reestructuración, la única sociedad que procederá a liquidarse, ya que no podrá continuar como una empresa en funcionamiento será el actual holding, Codere”. Una vez obtenida la aprobación por parte de la junta de accionistas, el grupo solicitará al regulador suspender la cotización de sus acciones", ha explicado la empresa.

Con independencia del proceso de liquidación, la operativa del conjunto del grupo seguirá su curso normal en todos los mercados y en todas las restantes sociedades que conforman su perímetro, incluida la filial online Codere Newco.

Codere Newco es la sociedad española que, desde 2016, reúne de manera directa o indirecta, a todos los empleados, operaciones y activos de Grupo Codere en todos los países en los que está presente. "El grupo, por tanto, seguirá funcionando y operando con normalidad en la nueva etapa que se abre, bajo el paraguas de una nueva sociedad holding y con un nuevo Consejo de Administración".

Este comunicado, sobre el que la CNMV debería solicitar una nueva aclaración por el bien de los pequeños accionistas, ha hecho creer a un sector del mercado que se va a producir una especie de OPA de exclusión y, por tanto, recuperarán como mínimo parte de su dinero. Nada más lejos de la realidad. Esas acciones serán suspendidas pues es una sociedad quebrada que se disolverá y dejará de cotizar, mientras el negocio pasará a estar en manos de los bonistas.

Los actuales accionistas apenas tendrán el 5% en una sociedad y sin liquidez al no cotizar. Un mal negocio para los minoritarios, a pesar de que muchos están dispuestos a morir con las botas puestas. Deben recordar que pueden acabar encontrándose con acciones de una sociedad inactiva que nunca les va a suponer un retorno financiero y que, sin embargo, les pueden seguir generando costes.

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