En él se definía un ambicioso plan estratégico para el próximo lustro que parecía haber convencido al mercado y a los analistas. Una estrategia de crecimiento basada en un paso más en la digitalización del grupo, la recuperación y mantenimiento de la rentabilidad y la generación de caja; así como una mayor apuesta por la diversificación y la búsqueda de oportunidades de negocio dentro el sector.
Lo más atractivo para el mercado, sin embargo, era la perspectiva de mejora del mercado publicitario y de las ventas en un entorno macroeconómico más favorable. Así lo recogían sus cuentas. Al cierre del primer semestre, la cifra de negocio superó los 168 millones de euros, más de un 3%, mientras las ventas por publicidad aumentaron un 5,8%, hasta los 69 millones de euros.
Cifras que, junto a las plusvalías de más de 10 millones de euros logradas por la venta de la sede del Diario Vasco en San Sebastián, ha permitido al grupo de comunicación volver a la senda del beneficio con una ganancia de 5,6 millones entre enero y junio frente a las pérdidas de 11 millones de un año antes.
Este giro llevó al Banco Sabadell a mejorar su recomendación a comprar con un precio objetivo de 1,6 euros por acción. Una estimación que supera con creces los 1,4 euros fijados unos meses antes por la casa de análisis francesa Kepler.
Una confianza que no comparten los expertos técnicos. Ya en mayo, aseguran, rompió a la baja la tendencia alcista marcada desde finales del mes de noviembre y solo la fortaleza del nivel del euro por acción, en tres o cuatros ocasiones este año, están salvando al valor de males mayores.
De perder esta cota, puesta en riesgo una vez más en esto días, la cotización de la compañía podría deslizarse hasta los 0,9 euros por acción, con lo que perdería casi toda la rentabilidad acumulada en el año.