China es el principal productor de polisilicio, unas delgadas láminas que constituyen la principal materia prima para la elaboración de paneles solares, advierte el diario digital ZeroHedge. Los cierres de fábricas están encareciendo esta materia prima, un silicio superfino fundamental en la construcción de placas de captación de energía solar por sus propiedades como semiconductores. El polisilicio ha pasado de costar 6,3 dólares a superar los 36 dólares en poco más de doce meses.
“China es uno de los principales productores de polisilicio. Los últimos cierres de fábricas de fábricas de uso intensivo de energía, como las que refinan silicio, han provocado una disminución de la producción que afectará el suministro mundial. Los países, con prisa por lograr unas economías más verdes, están aumentando la demanda de paneles solares que están presionando al alza los precios del polisilicio”, indican en ZeroHedge.
La meticulosa estrategia diseñada en Europa para la transformación energética hacia una economía basa en las energías renovables se está topando con muchos inconvenientes. Esta política entraña una debilidad intrínseca de los países del continente, que no es otra que la insuficiencia de las materias primas necesarias para la fabricación de turbinas, motores o vehículos eléctricos. La obtención de estos materiales, las denominadas tierras raras, apenas se realiza en Europa, que apenas cuenta con yacimientos. China es el dueño del mundo en el terreno de las 17 tierras raras conocidas.
Sin respiro
Quizás el costo del polisilicio y, en última instancia, el de los paneles solares, seguirá subiendo a lo largo de los años. El Bank of America ha alertado recientemente de que se van a necesitar por lo menos 150 billones de dólares en nueva inversión de capital para alcanzar un mundo "neto cero" de emisiones en los próximos 30 años. Una cifra equivalente a unos 5 billones de dólares en inversiones anuales, lo que representa el doble del PIB mundial actual.
A finales del pasado año, la Comisión Europea presentó un plan de acción sobre materias primas fundamentales con una hoja de ruta basada en el desarrollo de cadenas de valor para la industria del continente, la reducción de la dependencia de materias primas fundamentales a través del reciclaje, los productos sostenibles y la innovación, así como la diversificación del abastecimiento desde terceros países.
Esta iniciativa constituye una prueba palpable de la dependencia de Europa para el desarrollo de su estrategia de economía verde de países ajenos a la Unión. El pasado año, China exhibió su liderazgo absoluto en la producción de tierras raras, con la extracción de nada menos que 140.000 toneladas de estos materiales.