En España este mer­cado in­no­vador es in­ci­piente, in­cluso para los pro­mo­tores

Viviendas industrializadas contra la crisis

Supone un cambio es­truc­tural en el sector frente a la cons­truc­ción tra­di­cional

Ejemplo de vivienda industrializada.
Ejemplo de vivienda industrializada.

Los pro­mo­tores in­mo­bi­lia­rios afrontan un cambio global ante los nuevos sis­temas que se uti­lizan en este mo­mento para la cons­truc­ción de vi­vien­das, que frente a los sis­temas tra­di­cio­nales se han visto abo­cados a im­plantar por los me­nores pre­cios y por la re­duc­ción de costes de lo que se ha ve­nido a llamar 'viviendas in­dus­tria­li­za­das'. Con este fin se ha cons­ti­tuido la Plataforma para la Industrialización de Viviendas, que cuenta con el res­paldo de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (ASPRIMA).

Según Jaime Fernández Gallego, gerente de Asprima, “el objetivo principal es promover el cambio de la construcción tradicional por la industrializada, en fábricas, ya que somos prácticamente el único sector que no ha tenido una evolución tecnológica en los últimos 50 años.”

Añade que “la industrialización de viviendas aporta ventajas tanto para el comprador de la vivienda, con unas mayores calidades en la ejecución -al encontrarse en un entorno controlado de trabajo-, como para los trabajadores, al mejorar sus condiciones laborales en general y la siniestralidad en particular y, por último, para el promotor, que reduce los tiempos de ejecución de la obra sin prácticamente desviaciones de costes.”

En el mercado nacional, aún se está al inicio del camino. Según el gerente de Asprima, “la producción de viviendas industrializadas es inferior al 1% del total de vivienda iniciada, que en 2019 ascendió a 106.000 viviendas en nuestro país. Este dato contrasta con otros países europeos, donde la vivienda industrializada ocupa un lugar mayor con los países nórdicos al frente, con casi la totalidad de la construcción bajo esta modalidad, Holanda (50%), Alemania (9%) y Reino Unido (7%).

Nuevas pautas

Las grandes promotoras ya están apostando por este sistema constructivo, aunque es todavía algo incipiente, no presente a nivel global, con bajos volúmenes y con poca capacidad instalada. Por ello es importante que las administraciones públicas fomenten este modelo tanto de forma normativa como de apoyo a la creación de esta industria. Supone un cambio estructural en el sector, ya que consiste en la construcción de módulos en fábricas, de manera industrial, que luego son trasladados al lugar de emplazamiento y ensamblados.

“El crecimiento dependerá de la demanda y del apoyo institucional. Como cualquier industria incipiente; su éxito consiste en gran medida en crear economías de escala para abaratar costes. En la actualidad, si consideramos la suma de costes -incluyendo los menores gastos financieros, una mayor productividad, una mayor calidad en la ejecución y, por tanto, unos menores gastos de postventa- los costes están muy parejos a la construcción tradicional. El ritmo de crecimiento a partir de ese punto, si existe ese apoyo institucional, podría llevarnos a cifras similares a Alemania o Reino Unido a medio plazo.”, afirma Jaime Fernández

Apoyo institucional

Por ello, es necesario desarrollar, un tejido de fábricas para potenciar el crecimiento. Con este fin, la Plataforma mantiene contactos con la administración central y autonómicas. El propósito es generar un tejido industrial que tenga capacidad de dar respuesta a la demanda.

“Desde el punto de vista de los fondos europeos procedentes del Plan de Recuperación, que coinciden en gran medida en su definición de proyectos Tractores para la economía con los objetivos de la Plataforma, por lo que los entendemos susceptibles de financiación dado su alto contenido en transformación industrial y tecnológica, sostenibilidad, economía circula”, afirma Fernández.

Según la Plataforma, la industrialización inmobiliaria es uno de los grandes revulsivos para reactivar la construcción y la promoción de viviendas tras la crisis ocasionada por el Covid-19. Esta modalidad constructiva es más sostenible que la construcción tradicional porque genera menos residuos, más segura porque se desarrolla en fábricas y se producen menos accidentes laborales y más inclusiva, al atraer a colectivos que actualmente se encuentran fuera del sector de la construcción, como las mujeres y los jóvenes, principalmente.

Más de sesenta compañías forman parte de la Plataforma, entre las que se encuentran promotoras como AEDAS, NEINOR y KRONOS; empresas constructoras como ARPADA, ACR , GRUPO ORTIZ y AVINTIA, además de las propiamente especializadas en construcción industrializada como BAUEN, ATLANTIDA HOMES y HOMM; asociaciones como VIVIALT y AECCTI; empresas de componentes como BUTECH, SCHNEIDER, y BOSH entre otras muchas, así como estudios de Arquitectura -CIP ARQUITECTOS, PICH ARCHITECS- e Ingeniería -CYPE, INGENIERIA VALLADARES.

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