Este sprint se estudiará en los libros de texto porque es la primera vez que los laboratorios farmacéuticos de todo el mundo impulsan, de forma conjunta y en poco espacio de tiempo, la investigación en la vacuna en colaboración con centros públicos, docentes, universitarios. Y, también es la primera vez, en la que los ciudadanos asistimos a la pugna y dura competencia entre las farmacéuticas para llegar las primeras en esa búsqueda de la vacuna que pueda atajar la Covid-19.
Desde que la Organización Mundial para la Salud (OMS) declaró el brote de coronavirus como pandemia, los estudios y análisis clínicos se multiplicaron en todo el planeta. La OMS reconoce 162 proyectos que ya se han presentado como candidato a vacuna y se encuentran en fase preclínica. Además, hay otros 52 que la han superado y han alcanzado la etapa clínica, con pruebas en humanos. De ellos, trece están en la fase 3, paso previo a la posibilidad de la comercialización, si reciben la aprobación de los organismos internacionales, FDA y EMA.
La realidad es que la carrera la ha ganado la estadounidense Pfizer con su socio alemán BioNTech. Ya ha comenzado la inmensa operación de distribución en Europa. Desde la fábrica de Pfizer en Bélgica salen miles de dosis hacia España, Italia, Francia, Alemania, Grecia, Suecia, República Checa y Eslovaquia. El Reino Unido puso el pie en el acelerador y comenzó a primeros del mes de diciembre. La Comisión Europea ya suscribió un acuerdo compra inicial de 200 millones de dosis en nombre de todos los estados, al que se añadirá otro de 100 millones de dosis. Este paso es el inicio de la inmunización de la población, a la que se prevé se añadan más vacunas en las fases últimas de valoración por la CE.
En Reino Unido, la Agencia Reguladora de Productos Sanitarios y Médicos (MHRA) ha aprobado para su uso en el país la vacuna de vacuna contra la Covid-19 desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca. El Gobierno británico ha adquirido de antemano 100 millones de dosis, suficientes para vacunar a 50 millones de personas. Esta aprobación llega después del inicio de la vacunación masiva con las dosis de Pfizer y BioNTech, que han recibido ya un millón de británicos.
Esta aprobación casi hace más larga la espera de la vacuna de la estadounidense Moderna, que le queda pasar por Europa, para que la EMA pueda decidir sobre su uso en el continente el próximo 6 de enero, según se espera. La agencia estadounidense del medicamento considera que la vacuna de Moderna es segura y eficaz.
Janssen, filial del gigante Johnson & Johnson, cree que su vacuna puede estar en el mercado a principios de 2021. España, que ya estaba participando en la fase 2, acaba de autorizar también la fase 3, convirtiéndose en el primer ensayo clínico en esta etapa que se lleva a cabo en el territorio nacional.
La compañía biotecnológica estadounidense Novavax ha iniciado la fase 3 de los ensayos clínicos de su vacuna contra el coronavirus. Estados Unidos y México serán los países en los que se llevará a cabo este paso del proceso para conseguir la aprobación del fármaco.
China y Rusia, por su cuenta
China y Rusia mantiene un camino en paralelo en este gran maratón de la vancuna de la Covid 19. Por su cuenta van el proyecto chino de Sinovac y el ruso de Gamaleya Research Institute, ambas se han quedado, de momento, fuera de la órbita occidental, ya que no se han presentado datos ni a la FDA estadounidense, ni a la EMA europea.
La OMS ha reconocido la tercera fase de las pruebas clínicas de la vacuna de Gamaleya Research Institute, bautizada con el nombre de Sputnik V, pero el gobierno ruso considera que ya está desarrollada y ha autorizado su administración, después de menos de dos meses de pruebas con voluntarios y sin haber completado los ensayos clínicos. La multinacional china Sinovac asegura que su propuesta de vacuna podrá aplicarse masivamente a principios del próximo año y que tienen capacidad para fabricar cerca de 300 millones de dosis al año
El reto de todo el sector, una vez reciben las autorizaciones los grupos farmacéuticos, es contar con una infraestructura de fabricación y distribución. El proceso es complejo porque es de ámbito mundial. Por ello, las empresas están firmando acuerdos en las diversas zonas para poder llevar a cabo este ingente proceso.
En el mercado español, Moderna ya cuenta con un acuerdo con los Laboratorios Rovi para las últimas fases de fabricación. Janssen, además de llevar a cabo los ensayos en fase 3, también ha suscrito un acuerdo con la farmacéutica catalana Reig Jofre para producir a gran escala en España su vacuna contra el coronavirus, aún en fase de investigación. La farmacéutica gallega Zendal tiene un acuerdo con la estadounidense Novavax para la fabricación de esta vacuna, en Fase III del ensayo clínico para toda la UE.
Los beneficios económicos que pueden obtener las farmacéuticas con la vacuna del Covid es un tema sobre el que no se acaba de concretar. Se mantienen en una nebulosa, primero porque están aún en la carrera y, segundo, porque a lo mejor no se quiere hablar de cifras millonarias.
Una de las aproximaciones que se han barajado es que las farmacéuticas podrían ganar 42.000 millones de euros sólo con que se vacunara la mitad de la población mundial contra la Covid-19 con una dosis. Las ganancias que podrían aumentar si se tiene en cuenta que es muy probable que sean necesarias al menos dos dosis de las vacunas y que éstas se suministrarán a más de la mitad de la población mundial.