Los efectos que podía tener el Brexit y la evolución económica en Europea se presumía iban a ser los dos grandes condicionantes del ejercicio pasado para el sector inmobiliario sin que nadie pensara que un tercer elemento fuera a producir un hundimiento mayor en el negocio inmobiliario. Y es que no solo se ha derrumbado la compra de viviendas, la inversión inmobiliaria cayó cerca de un 30%, hasta los 9.000 millones de euros.
El coronavirus ha producido un ajuste en la economía global especialmente en los países con mayor exposición como España. La poca movilidad y el derrumbe económico que está sufriendo Europa han provocado que los inversores extranjeros hayan paralizado parte de sus operaciones.
Pese a la situación, algunos informes destacan que el elevado capital que hay en el mercado, junto a los tipos de interés en mínimos históricos y las rentabilidades que ofrece el sector inmobiliario a gran escala, concretamente en la compra de oficinas, el retail y la logística, permiten que las perspectivas no sean tan negativas.
Perspectivas poco favorables
La actividad en la compra de pisos es, en cambio, bastante peor. El Colegio de Registradores destaca en el informe del tercer trimestre de 2020 el progresivo descenso que se ha producido en la compra de viviendas por extranjeros en España, tendencia que no se verá modificada hasta que no se solucionen los problemas derivados de la crisis sanitaria y se vuelva a la movilidad con seguridad. La caída en el conjunto del año puede ser espectacular, aunque se espera que en los últimos tres meses se haya producido una ligera recuperación.
El pasado año comenzó con un comportamiento bastante aceptable, ya que en el primer trimestre los extranjeros compraron 14.850 casas en todo el territorio español, ligeramente superior a las 14.800 operaciones cerradas en el cuarto trimestre de 2019. En cambio, el estallido del Covid-19 en el segundo trimestre y el consiguiente cierre de fronteras provocaron una hecatombe en el mercado. Según los datos del Colegio de Registradores, únicamente entre abril y junio pasado se realizaron únicamente 8.000 operaciones.
Los británicos, primeros pero en caída
El tercer trimestre de 2020 fue bastante mejor gracias a que se abrieron las fronteras y los extranjeros pudieron volver a visitar España. De las 8.000 casas vendidas a extranjeros entre abril y junio, se pasó a 11.300 en los tres meses de verano. Pese al Brexit, el desglose por nacionalidades mantiene a británicos en la primera posición, con un peso del 13,01% y cerca de 1.500 compras de pisos, frente a las menos de 1.000 del segundo trimestre.
Los franceses ocupan la segunda posición con el 8,98% de las compras realizadas por extranjeros, superando las 1.000 adquisiciones de casas. Tras los franceses, se encuentran belgas con un 8,28% y cerca de 950 operaciones y alemanes con un 8,28%. Tras estas nacionalidades, se sitúan marroquíes con un 6,57%, rumanos con un 4,79%, italianos con un 4,71% y suecos con un 4,47%.
Pese a que los británicos siguen copando el primer lugar, están en claro descenso debido en parte al Brexit y al menor poder adquisitivo. De representar cerca de un 32% en el año 2009 -en plena crisis del sector por culpa del pinchazo de la burbuja inmobiliaria-, se encuentran ya por debajo del 15%. Las islas Baleares sigue siendo el lugar preferido para la compra de casas de extranjeros, seguido de Canarias y de la Comunidad Valenciana en tercer lugar.
En los próximos meses, se verá el efecto que sigue teniendo la pandemia y las repercusiones derivadas del Brexit. Todo apunta a que seguirá la caída de la demanda por parte británica. La evolución económica de Europa condicionará el comportamiento de otros países. Las previsiones a corto plazo se sitúan por debajo del 12% en el conjunto global de compraventa de viviendas.