Los futuros de oro estadounidense ya se encuentran sobre los 1.850 dólares. Una cota que no se observaba desde el pasado mes de julio, tras un último descenso del 0,8%. Paralelamente, el índice del dólar se mantuvo estable cerca de los máximos de más de ocho semanas frente a las monedas rivales, ya que las señales de una desaceleración económica en Europa y Estados Unidos reavivaron las preocupaciones la segunda oleada del coronavirus.
“El oro ha caído como consecuencia de la fortaleza del dólar estadounidense, que cotiza en máximos de dos meses al no aprobarse aún un paquete de estímulo para limitar estas ganancias”, asegura Adam Vettese, analista de mercados de eToro.
La moneda estadounidense sigue a lo suyo. Tocó máximos desde finales de julio, acumulando tres días consecutivos de operativa alcista frente a sus principales pares. Y es que un dólar más fuerte hace que los lingotes de oro sean más caros para los poseedores de otras monedas.
La divisa había recuperado dinamismo desde inicios de semana, cuando nuevos temores sobre posibles confinamientos en Europa inundaron el mercado con flujos de capital en búsqueda de protección. En este sentido, los comentarios del miembro de la Fed Charles Evans dieron otro impulso al dólar.
Siendo uno de los miembros del comité más “laxos” en su postura de política monetaria, Evans sorprendió a los inversores al señalar que los nuevos planes de la Fed no excluyen la posibilidad de una subida de tipos antes de que la inflación promedie un 2%.
“Aunque estos comentarios no contradicen en principio la nueva meta promedio de 2% ‘por algún tiempo’, las palabras de Evans añadieron confusión a la imprecisa guía de política recientemente señalada por la Fed”, concretan los expertos de Monex Europe. En su testimonio ante el Congreso, Jerome Powell indicó que la economía norteamericana requerirá de mayor estímulo ante un panorama incierto y prolongado de recuperación de la pandemia.
“El oro no puede librarse de este dominio del dólar, que está repercutiendo en todas las clases de activos”, opina Edward Moya, un analista de mercado senior de OANDA.
La llave está en las manos de la Reserva Federal
Al mismo tiempo, los funcionarios de la Reserva Federal de EE.UU. trataron de convencer a los inversores que mantendrán la política monetaria flexible durante años para permitir que el desempleo disminuya.
“Parece que la Reserva Federal se ha comprometido a no tomar ninguna acción inmediata… Por lo tanto, el paquete de estímulo de este mercado se ve bastante sombrío a corto plazo”, añade el experto de OANDA.
El tono optimista sobre una incipiente recuperación económica se deterioró cuando los datos mostraron que la actividad comercial en los Estados Unidos y Europa se enfrió en septiembre, debido a que la pandemia sigue siendo bastante dura con las actividades. Por eso, para el analista técnico Wang Tao “es posible que el oro al contado rompa un soporte de 1.855 dólares por onza y descienda hasta los 1.835 dólares”.
Los inversores se siguen centrando en datos clave como las solicitudes semanales de desempleo o la evolución del PIB. Por lo pronto, parece que la tendencia es clara: los inversores huyen del oro y vuelven a utilizar el dólar como moneda de reserva.