Aunque según un informe de Rastreator el 52% de los españoles cree que no cobrará jubilación cuando termine su vida laboral, el porcentaje de españoles que cuenta con un plan de pensiones está entre los más bajos de Europa. Y si se mide en términos de aportaciones periódicas a los mismos, el país desciende mucho más aún en el ránking. En este sentido, la crisis provocada por la pandemia obliga a las entidades a mover ficha.
Hay muchas entidades que mantienen campañas abiertas durante todo el año, con jugosas bonificaciones que llegan ya de forma habitual al 5% si se traspasa desde otras entidades competidoras. Es decir, que luchan por desestacionalizar la contratación de planes, intentando que las aportaciones no se concentren sólo en el tramo final del año, cuando los españoles echan cuentas intentando reducir la factura fiscal del ejercicio.
Pero desde el sector financiero se apunta a que la lucha será encarnizada en este último tramo del año. La primera razón es que la liquidez disponible de los ciudadanos se ha reducido mucho por el impacto de la pandemia. Hay muchas familias afectadas por ertes o eres que han pedido poder adquisitivo. Otras, sencillamente, están haciendo acopio de ahorro por si la situación se complica ante la inminencia de un otoño difícil.
"Muchas familias que normalmente aportan a planes en los últimos meses del año, no lo van a hacer ahora por si necesitan la liquidez para más adelante. Vamos a necesitar ir más allá de las bonificaciones habituales, que en función de los volúmenes traspasados se van a acercar al 10% ó incluso alcanzar este nivel en muchas más entidades que el año pasado. Hay mucha competencia y la única opción es entrar en la guerra para mantener cuota", señalan en fuentes del sector.
La situación se complica aún más con los continuos globos sonda que el Gobierno lanza sobre la fiscalidad de los planes de pensiones individuales, que podría perder atractivo para que disfruten de esas ventajas los planes de pensiones de empleo. Una medida que desincentiva aún más la contratación de estos productos, que suman cerca de 78.000 millones de euros hasta los niveles previos al gran desplome provocado por la aparición del Covid-19.
Con estas cartas sobre la mesa, la batalla será dura sobre todo entre los grandes bancos y aseguradores, que no quieren ceder terreno a la competencia. Para ello, bonificarán también los traspasos periódicos. La concesión de préstamos al 0% para la suscripción de fondos de pensiones se ha extendido en los últimos años, pero ahora puede aplicarse de forma masiva ante el empeoramiento de la situación financiera de las familias.
"Daremos créditos, pero sólo a clientes con un historial intachable y un nivel de riesgo mínimo. Sabemos que estamos en una situación sin precedentes, pero tenemos que ser muy cautos. Como ocurre en otros segmentos como los créditos personales o las hipotecas, hay que atraer a clientes con situaciones económicas estables a los que se pueda vender otro tipo de productos en el futuro", señalan en una entidad financiera nacional.