Este código alerta posteriormente a otros usuarios que han roto la distancia de seguridad con una persona contagiada durante las últimas dos semanas; de este modo, las personas en riesgo están sobre aviso, con lo que los protocolos sanitarios se agilizan.
El sistema garantiza el anonimato de las personas contagiadas que se prestan a registrarse, ya que no registra dato personal alguno.
El sistema ha sido desarrollado para el Gobierno por la empresa Indra, y ha estado envuelto en polémica desde el principio debido a continuos retrasos y a las dudas sobre la protección de la privacidad. De hecho, la herramienta ni siquiera está disponible aún en toda España, aunque se espera que lo esté a mediados del presente mes, según las previsiones del propio Gobierno.
Un código mutilado
Con la liberación -parcial- de su código fuente, el Ejecutivo responde a las demandas de una mayor transparencia, que fueron otro de los focos de las críticas. Por otra parte, la medida pretende satisfacer las reclamaciones de la comunidad científica, cuyos representantes llegaron a firmar un manifiesto exigiendo que se revelaran las entrañas del programa.
Sin embargo, numerosos expertos han aireado las carencias de la versión hecha pública, como la falta de un historial desde el comienzo del desarrollo (precisamente uno de las demandas más relevantes de los científicos). Por otra parte, el Gobierno sólo ha publicado la última versión del código, aunque la SEDIA se ha comprometido a hacer públicas las actualizaciones.
Por otra parte, el pasado miércoles 9 de septiembre también tuvo lugar el anuncio, por parte de la vicepresidenta tercera y ministr de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, del incio de las pruebas para comprobar la interoperabilidad y compatibilidad de Radar Covid con otras aplicaciones similiares de otros países. Los tests comenzarán en la segunda quincena de octubre.