Lo que hace ahora el dueño del mayor diario luso, Correo da Manha (unos 100.000 ejemplares diarios que representan más de 50% del mercado), de la televisión de pago CMTV que casi no tiene rival en sector, del líder de la prensa deportiva “Record”, etc.., se merecería el calificativo de “oportunista”. Sin haber hablado con Prisa, y aun menos devuelto los 10 millones de euros avanzados por el grupo español para garantizar las condiciones de la venta acordadas en diciembre de 2019, Cofina vuelve a la carga, con una oferta de super saldo, tomando como referencia el precio al que Prisa cedió hace poco el 30% de MC al empresario luso Mario Ferreira.
Paulo Fernandes, que con el 14% de acciones es el principal accionista y controla Cofina con el apoyo incondicional de un puñado de otros accionistas de referencia, supo esperar el momento más oportuno para lanzar su nueva ofensiva. Por imperativo legal, no tenía más remedio que seguir adelante con la parte de la OPA inicial que estaba dirigida a Abanca y a accionistas minoritarios que representan un 5% del capital, a un precio que será fijado por expertos independientes, pero, sobre todo, decidió sacar el máximo provecho de la operación, avanzando una oferta paralela por el 95% restante en manos de Prisa y de Mario Ferreira.
Prisa fue quien abrió literalmente la caja de Pandora. De buena fe admitió que para hacerse con el 30% de MC, a cambio de solo 10,5 millones de euros (0,415 euros/acción), Mario Ferreira no tuvo ningún trato de favor, sino que hasta tuvo de pagar un precio “situado por encima de las estimaciones del mercado y de las realizados por los analistas”.
Prisa podrá argumentar que Paulo Fernandes solo se hizo con una participación minoritaria, mientras que, para mantener su oferta, pagando el mismo precio, Cofina pone como condición imprescindible el tener el control de MC, con la mayoría absoluta, tanto del capital como de derechos de voto.
Se hunde en Bolsa
Lo cierto es el valor de MC sufrió un descenso brutal. Cofina empezó aceptando pagar 2,333 euros por acción, precio que bajó a 1,540 euros cuando Prisa reconoció que la situación de MC en general y de TVI en particular (pérdida de audiencia y de publicidad), no se correspondía con la información facilitada a Paulo Fernandes. Hasta el punto de que cuando decidió renunciar a la operación, bajo el falso pretexto de que no había podido realizar al 100% la ampliación de 85 millones necesaria para financiar la operación, no podía imaginar que en unos pocos meses estaría ofertando solo 35 millones, frente a los 440 millones (incluyendo la deuda) que el grupo francés Altice hubiera pagado en 2017 si no fuera por la oposición de las autoridades lusas.
En todo o caso, Cofina advierte que solo seguirá con la oferta en las condiciones anunciadas ahora, incluyendo la deuda de MC, que al término del primer semestre ascendía a unos 93 millones de euros. La oferta queda igualmente condicionada a que Prisa y Manuel Ferreira no decidan cambiar la configuración actual de MC, o sea su perímetro y sus actividades, sobre todo en relación con sus principales activos: la TVI (con un “share” medio del 17%, frente al 30% que tenía hace poco, fue superada con creces por la cadena SIC), la importante productora de contenidos audiovisuales Plural (Portugal, España, Latinoamérica…) y la división MC Radios.
Intervención de los reguladores
Sin embargo, Cofina estará condicionada por la autoridad de los mercados CMVM que estudia varias medidas, como exigir a Paulo Fernandes, que lance una oferta de control sobre MC. Eso significaría que la CMVM tendría pruebas e indicios suficientes de algún tipo de pacto secreto entre Prisa y su accionista luso, de control conjunto de MC. En tal caso, el precio de la OPA sería fijado por expertos independientes, puesto que no cabría utilizar como criterio el valor en bolsa de MC, que pese a tener todavía un 5% del capital disperso en el mercado (Abanca sería el principal accionista minoritario), no tiene prácticamente ninguna actividad bursátil.
Lo que si está descartado es que Prisa tenga eventualmente que lanzar también una oferta sobre el 64,5% de MC que no es suyo. Según la CMVM, el accionista español ya cumplió su obligación en 2007. ¡Buenos tiempos aquellos! en los que Prisa se hizo dueño de MC con una “OPA voluntaria” (pero impuesta por una nueva reglamentación de las ofertas públicas). En aquel momento, con un 33% del capital, Prisa ya dirigía MC (al frente de accionistas como RTL), pero ese mismo año acabó haciéndose con 95% del capital, pagando al total unos 460 millones de euros, el equivalente a 7,40 euros por acción, casi un 10% menos que el valor en bolsa.
El sentido de la “oportunidad” de que hace gala Cofina, también sale a relucir en relación con los ataques lanzados últimamente contra Prisa, acusada de haber permitido que el nuevo accionista luso se hiciera con el mando de TVI. Hasta la reguladora del sector ERC, tomó cartas en el asunto, con amenazas intervencionistas: sin ningún tipo de pruebas, fiándose solo de las noticias difundidas por medios a las órdenes o cercanos Cofina, y ante una ola de cambios al frente de TVI, dijo que algunos de los nuevos responsables, cercanos a Manuel Ferreira, no reunían los requisitos necesarios para dirigir TVI, cuya licencia podría, así, ser cuestionada.
O sea, aunque sea ostensible que Prisa está más que harta de su aventura en Portugal, y que estaría dispuesta a tragarse sapos vivos para poder marcharse de seguido en unas condiciones aceptables, lo que nadie sabe es hasta donde estará dispuesto a llegar y hasta cuándo podrá resistir. Habrá que esperar a ver lo que hará la CMVM en relación con las Opas de Cofina y la que también podrá ser exigida a Manuel Ferreira, a sabiendas que el tiempo corre en contra de los intereses de Prisa, teniendo, además, en cuenta el impacto negativo de la pandemia del coronavirus en los resultados de una MC que solo ganaría con un rápido cambio de clima.