La mayor parte de los recortes, que equivalen al 11% de la plantilla de la compañía, se producirán en Francia y Alemania, los principales centros de fabricación de Airbus. En España, los ajustes supondrán 900 despidos.
La medida se produce como consecuencia de la paralización del tráfico aéreo, lo cual ha provocado la quiebra de varias aerolíneas, así como severos recortes en el sector en todo el mundo. Eso incluye la reducción de flotas de aviones y la cancelación de pedidos de nuevos aparatos que afecta directamente a su actividad.
En este sentido, la compañía no prevé una recuperación del tráfico aéreo hasta los niveles anteriores a la pandemia antes de 2023 y podría incluso retrasarse hasta 2025. La crisis más grave jamás experimentada por esta industria. Para ello, ha asegurado Guillaume Faury, consejero delegado del grupo, "debemos asegurar el sostenimiento de la empresa para salir de la crisis como un líder aeroespacial saludable y global, ajustándonos a los enormes desafíos de nuestros clientes".
Las medidas adoptadas por Airbus se producen días después de que su máximo competidor, la norteamericana Boeing, anunciase también planes para la reducción de plantilla en torno a un 10%.
Esta brutal destrucción de empleo en el sector se suma a los recortes realizados las aerolíneas en todo el mundo, como los 12.000 empleos en British Airways y los 6.000 en la australiana Qantas Airways. Por su parte, Deutsche Lufthansa está estudiando la eliminación de hasta 22.000 puestos de trabajo, al igual que American Airlines o United Airlines Holdings que ya han planteado la posibilidad de reducir el 30% de su personal de dirección y administrativo para capear la crisis.
Junto a los planes de suprimir empleos, Airbus ya había anunciado antes de la pandemia la eliminación de 900 puestos de trabajo en su filial Premium Aerotec en Alemania. Y se está llevando a cabo otra reestructuración de sus operaciones de defensa y aeroespaciales que tendrá como resultado la salida de unos 2.600 empleados.
Todos estos recortes, sin embargo, deben pasar el filtro de los sindicatos, por lo que se espera un otoño caliente para el grupo. Si todo fuera en línea con lo previsto, la compañía confía en cerrar los acuerdos con las organizaciones de trabajadores a lo largo de este segundo semestre para concluir el proceso antes del verano de 2021.
Las acciones del fabricante europeo de aviones tampoco atraviesan su mejor momento en Bolsa tras desplomarse su precio más de la mitad durante la crisis de marzo y abril. Su perfil técnico se ha complicado de forma notoria con una alta presión de las ventas que ha disparado su volumen de negociación respecto a los niveles previos a la pandemia.
El retroceso experimentado en las últimas semanas ha llegado incluso a poner en riesgo el soporte que había formado sobre los 60 euros por acción. Los expertos, en cualquier caso, no parecen preocupados en exceso por la ruptura de esos niveles, pero tampoco confían en grandes rebotes, por lo que se decantan por una tendencia lateral entre los 60 y los 70 euros mientras se resuelven las incógnitas financieras y de negocio de la compañía.