La estrategia prioritaria del grupo constructor es defender sus acciones. El equipo directivo está centrado en generar un mayor volumen de inversiones y por eso dentro de su hoja de ruta está hacer lo que sea para que eso se termine cristalizando. Es por eso que ha modificado su plan inicial de recompra de títulos propios desde los 370 millones de euros que se había planteado (el 3,18% de su capital), hasta los 660 millones (el 6,9%).
Este método no es novedoso en ACS, dado que ya le brindó resultados positivos en el pasado. De hecho, llegó a disparar su capitalización bursátil hasta máximos históricos. Sin embargo, la agresividad del nuevo plan deja entrever el órdago definitivo que se ha lanzado la constructora para recuperar esos niveles previos a la crisis del coronavirus.
En paralelo, ha desarrollado una estrategia con derivados que está orientada a proteger su cotización en los mercados. La constructora declaró una doble estructura de derivados financieros sobre sus títulos propios para poder cubrir los retrocesos que sufrió durante los momentos más volátiles en los meses de marzo y abril. Además, hay que sumarle el pago de dividendos, ya que lo ha decidido mantener. Otra medida para generar apetito inversor.
Desinversiones ante el crecimiento de su apalancamiento
Lo que preocupa principalmente dentro del consejo es que su nivel de endeudamiento se quede a raya y no se incremente más. Para ello, necesitan aligerar cargas mediante desinversiones en aras de que su capacidad de generar liquidez sea mucho más elevada que lo actual.
Su apalancamiento, como respuesta de al mercado bajista del Covid-19, se ha incrementado un 164% en los tres primeros meses del año. Al mismo tiempo, su caja se ha reducido a la mitad durante el mismo periodo. Esa es la razón por la que se empieza a valorar desde la compañía algunas posibles desinversiones.
Una de esas ventas de activos podría ser una venta parcial o total de Cimic, su filial australiana, valorada en 4.500 millones. De hecho, la firma presidida por Florentino Pérez ya estableció contactos con JPMorgan para tratar de vender la división de minería, valorada en 1.900 millones de euros. La operación no ha cuajado por el momento, pero siguen las conversaciones adelante para que pueda llegar a buen puerto.
Al margen de Cimic, en la lista de futuribles desinversiones para aligerar su deuda y garantizar un mayor volumen de liquidez se encuentra están Clece y Cobra. La compañía no ha decidido nada al respecto aún, salvo la venta de su negocio de energías renovables en Latinoamérica, debido a la baja visibilidad de estos segmentos por los efectos del coronavirus.
El ataque de los bajistas
Al contexto hay que añadirle que ACS tiene la losa de los especuladores atacando su capital tras el levantamiento de la prohibición de los cortos por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Marshall Wace, el mayor bajista del Ibex 35, ha sido el primero en animarse al abrir posiciones cortas del en el capital de la constructora.
El hedge fund británico ha tomado la decisión de endurecer su estrategia sobre las acciones de ACS al aumentar su posición del 0,59% al 0,66% del capital de la compañía, que supera los 6.500 millones de euros. Dicho de otro modo, apuesta 43 millones de euros en contra de la tendencia favorable del valor.