Entre las compañías cotizadas en España del sector, las que más recelos sobre su futuro es Nextil. Después de varios años inmersa en un duro proceso de reestructuración corporativa, la crisis ha tirado por los suelos los objetivos de dejar a un lado las pérdidas y empezar a obtener beneficios sostenibles a partir de este mismo año.
Si ya de por sí había grandes incertidumbres sobre el proceso de reestructuración, esta nueva piedra en el camino no ha hecho más que elevar las dudas entre los inversores más conservadores. A pesar de la mejora del Ebitda, sus pérdidas se mantuvieron el año pasado en torno a los 9 millones de euros.
Ahora, los pocos valedores que le quedan a la compañía siguen insistiendo, a quienes quieran escucharlos, sobre el alto potencial de la compañía una vez reestructurada y capitalizada la compañía, con la ampliación de capital de hace un año, con un modelo de negocio más enfocado ahora a fabricar tejidos reciclables.
Con esta estrategia; apoyada además en las técnicas de tintura de su división de tecnología Grrendye, que le permiten ofrecer artículos diferenciados en el mercado del tejido. tanto de fibras naturales como sintéticas recicladas; el grupo confía en mejorar su posicionamiento en el mercado y su rentabilidad.
El mercado, en cualquier caso, se muestra muy desconfiado y el valor apenas ha logrado recuperar terreno desde los mínimos en 0,48 euros registrados en el peor momento de la crisis. Eso sí, señalan los expertos técnicos, ahora parece haber conseguido asentar un suelo firme sobre los 0,5 euros por acción que le puede dar aire a corto plazo.
La consolidación de este soporte estaría además dando alas a los inversores más especulativos, dispuestos a aprovechar la alta volatilidad del valor limitando los riesgos, a pesar de la estrechez de su cotización con muy bajos volúmenes de negocio.