Calviño tiene tantas posibilidades de ser presidenta del eurogrupo como inconvenientes para salir elegida. El principal de todos ellos se debe a que en las instituciones comunitarias los cargos se reparten teniendo en cuenta el equilibrio entre los países y los partidos políticos. En la actualidad, con Borrell como vicepresidente de la Comisión Europea y Alto representante de política exterior de la UE, Luis de Guindos como vicepresidente del Banco Central Europeo y José Manuel Campa como presidente de la Autoridad Bancaria Europea, España estaría sobrerrepresentada en las instituciones.
En cambio, Luxemburgo, que en los últimos años había contado con la sobrerrepresentación de la presidencia de la Comisión Europea, en este momento, no ocupa ningún alto cargo en las instituciones comunitarias lo que abre la puerta a la candidatura de su ministro de Finanzas, el liberal Pierre Gramegna.
Gramegna, que no había confirmado su candidatura hasta últimas horas de la tarde, ya fue candidato a presidir el eurogrupo cuando fue elegido en 2017 el ministro de Finanzas portugués, Mario Centeno, cuyo mandato finaliza el próximo 12 de julio y para el que no ha pedido salir reelegido una vez que ha dimitido como ministro de finanzas de Portugal.
Pierre Gramegna de 62 años, cuenta con una alta experiencia en la materia y en las instituciones comunitarias. Desde octubre del 2013 es ministro de Finanzas del Luxemburgo en el Gobierno de coalición encabezado por su formación política, el Partido Democrático Liberal de Luxemburgo.
Muchos escollos
En su carrera por la presidencia del Eurogrupo en el 2017, su principal escollo era la presencia de otro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, al frente de la Comisión Europea, una de las instituciones más importantes de la Unión Europea. En este momento justamente el hecho de no contar con ningún otro representante en las instituciones, supone una clara ventaja para el luxemburgués. El hecho de ser liberal no tendría que suponer un gran inconveniente para sus aspiraciones, pues solo el presidente del Consejo, el belga Charles Michel ocupa un cargo relevante en las instituciones comunitarias.
Calviño deberá enfrentarse también, si finalmente opta a la presidencia del eurogrupo, a la candidatura de Paschal Donohoe, ministro de Finanzas irlandés desde el 2017, perteneciente al Fine Gael, partido político conservador y demócrata cristiano de derechas. Pese a que Irlanda no cuenta con líderes políticos en las instituciones comunitarias parece, inicialmente, el candidato que cuenta con menos ventajas para hacerse con el cargo.
Cuenta además con el inconveniente de que el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario europeo de Comercio, Phil Hogan, anticipaba el pasado martes estar interesado en el puesto de director general de la Organización Mundial del Comercio(OMC), si era apoyado por los 27 países de la Unión.
Hogan, que mantiene unas excelentes relaciones con Estados Unidos, sería bien visto por Washington. Ha sido comisario europeo de Agricultura en la Comisión Juncker. De tendencia proteccionista de los intereses de Irlanda, la defensa de sus agricultores supuso el principal escollo para llegar a un acuerdo con el Mercosur, como recuerdan los eurodiputados españoles impulsores del acuerdo.
Conseguir el nuevo cargo para Calviño no resultará sencillo. Mientras se despejan las dudas de qué es lo que interesa más a España, crece la incertidumbre sobre la conveniencia de ocupar en este momento la presidencia del eurogrupo.
Pese a ser solo un órgano informal de debate en el que los ministros de los 19 Estados miembros de la eurozona examinan cuestiones vinculadas a las responsabilidades comunes de sus respectivos países en relación con el euro, se espera que juegue un papel mayor en la gestión de la mayor suma de recursos utilizados hasta ahora por las instituciones europeas para hacer frente a una crisis, en la actualidad la crisis provocada por el Covid-19.
¿Podría Calviño jugar a favor de España en el reparto de los fondos si fuera presidenta del Eurogrupo? Históricos funcionarios españoles en las instituciones comunitarias apuestan por el importante margen de maniobra que le da a un alto cargo actuar en defensa de los intereses de su país.
Pero otros eurodiputados consideran que el cargo supondría un inconveniente para España, pues ataría las manos de Nadia Calviño de forma que no podría en ningún caso inclinarse a favor de los intereses españoles.
En Portugal, la televisión TVI ha explicado la dimisión de Centeno porque como presidente del Eurogrupo no puede defender los intereses de su propio país y para sentirse más libre han optado por no concurrir de nuevo a la presidencia.
Recordar que Nadia Calviño necesitará el apoyo de otros nueve países de la Unión. El presidente del eurogrupo es elegido a través de una votación secreta en la que necesita conseguir una mayoría simple de votos de los 19 países del eurogrupo, es decir, necesita el apoyo de nueve países, más el suyo propio. Siempre que el presidente español opte por presentarla al puesto,
Aunque la votación deberá hacerse en la reunión de la primera semana de julio el Consejo Europeo, el viernes de la semana próxima podría lograrse un principio de acuerdo entre los Jefes de Estado y de Gobierno. La duda de si le conviene o no a España la presidencia del eurogrupo no es una cuestión menor. Aunque ya haya quien piense que puede ser una disculpa previa, por si Calviño no lo consigue.