Al tiempo se han aprobado las instalaciones tipo y los valores unitarios de referencia de operación y mantenimiento, así como la una nueva metodología de retribución al operador del sistema.
Esta menor presión de la prevista sobre los ingresos ha permitido al gestor de la red eléctrica española cerrar el primer trimestre del año con unas ganancias cercanas a los 173 millones de euros, apenas un 9,7% inferior a igual período del pasado ejercicio. Ha logrado además mantener el Ebitda por encima de los 400 millones, muy cerca de los niveles de marzo del año pasado.
Unas cifras en línea con lo previsto por el consenso del mercado, a pesar de la caída del consumo de energía provocada por covid 19. A ellas ha contribuido de forma significativa la incorporación plena ya de Hispasat al perímetro del grupo, lo cual explica en gran medida la estabilidad de la cifra de negocio respecto al primer trimestre de 2019.
El grupo por lo demás no prevé un especial impacto en sus cuentas por culpa de la crisis provocada por el coronavirus. Mantiene así la propuesta de dividendo fija en febrero de 1,0519 euros por acción, del que se descontaran los 0,2727 euros por acción que Red Eléctrica repartidos ya en enero a cuentas de los resultados.
Todo ello en una nueva etapa marcada por la llegada de Beatriz Corredor como presidente no ejecutiva, cuya intención en principio es seguir la estrategia fijada por su antecesor. Jordi Sevilla dimitió en noviembre por las injerencias de Teresa Ribera, vicepresidenta para la Transición Ecológica, precisamente en materias regulatorias.
Bajo su mandato, REE cerró la adquisición de Hispasat y dio el salto más allá de la gestión de la red de electricidad. Una transformación como operador de infraestructuras estratégicas, tanto de electricidad como de telecomunicaciones, para la que tiene comprometida una inversión de 6.000 millones de inversión hasta 2022.
En los foros más activos relacionados con la compañía eléctrica señalan la ventaja de REE de operar en un negocio regulado. Es, aseguran, como los cazadores que disparaban con pólvora del rey. Pero incluso en este caso debería imperar la prudencia y la contención para no enfadar al monarca, dos virtudes, dicen en los foros, que no caracterizan al nuevo equipo directivo, con cambios significativos en estos días, que ha llegado más preocupado en seguir la pauta gubernamental que en buscar una gestión solvente y cumplir sus promesas.
Y eso se deja notar en su cotización, un 10% por debajo de comienzos de año pese al rebote del mercado y aunque la pandemia no le afecte tanto como a otras empresas. La acción ha entrado ahora en una fase lateral entre los 15 y los 16 euros que se prevé pueda prolongarse en el tiempo hasta que se despejen sus actuales incertidumbres, en especial su nuevo modelo de gestión. Solo superando la barrera de los 17 euros podría decirse que estaría en disposición de retomar la tendencia alcista de largo plazo.