La semana pasada, la agencia de medición de riesgos reiteró tanto el rating de la constructora como de su filial Hotchief en BBB, a pesar de unos resultados en el primer trimestre muy castigados por el impacto de la crisis de covid19. Con todo, la firma confía en que el incremento de deuda estimado por el recorte de los ingresos previstos para 2020 se recuperarán en 2021.
Su capacidad para saldar esta deuda, explican, aumentará para el año que viene por encima de un 30% en la ratio FFO/deuda. El endeudamiento neto del grupo se situó en marzo en 2.374 millones de euros apenas 0,79 veces su Ebitda.
Al respecto, la compañía asegura contar con un saldo efectivo de más de 9.000 millones y otros 3.300 millones en líneas de crédito disponibles, con los que suma una posición de liquidez de más de 12.0000 millones. Más que suficientes para hacer frente la actual situación. Y eso sin contar con activos financieros corrientes por otros 1.500 millones.
Esto refleja la política financiera conservadora adoptada en los últimos trimestres por el consejo de administración, otro de los puntos más destacados por los expertos de Standard and Poor´s.
Una buena noticia para ACS que, a pesar del duro castigo en el mercado con una caída del orden del 40% desde comienzos de año, mantiene muy positivas recomendaciones por parte de los analistas que siguen al valor. Aunque para dar por superada la crisis, los expertos creen que todavía le falta mucho, sobre todo, a expensas de los resultados del segundo trimestre que no se prevén muy boyantes al recoger de pleno el impacto por el parón económico.