La aerolínea germana se encuentra desde hace semanas en negociaciones con el fondo alemán de estabilización económica para recibir una ayuda estatal de hasta 9.000 millones con el fin de apuntalar sus finanzas y su viabilidad, muy comprometida por la pandemia de coronavirus. Todo apunta a que, en caso de haber acuerdo, el fondo se tomaría una importante participación.
Estas ayudas se desglosarían en 3.000 millones de euros del banco estatal germano KfW y la compra de una participación por parte del fondo de estabilización económica, conocido como WSF. Este último se hará con un 20% en Lufthansa a través de una ampliación de capital futura que deberá ser aprobada en una junta general extraordinaria.
Al tiempo, se acordará un bono convertible con el WSF, que podrá intercambiarse por una participación adicional del 5% más una acción al valor nominal en caso de que un tercero presente una oferta de compra.
El fondo estatal, por su parte, se compromete solo a utilizar sus derechos de voto en circunstancias excepcionales como el riesgo de una adquisición.
Un balón de oxígeno para la aerolínea que ha estado buscando asistencia financiera para mantenerse a flote tras verse obligada a dejar en tierra la mayor parte de su flota por las restricciones de los viajes en todo el mundo.
Esta noticia ha sido acogida con gran interés por parte de los accionistas de IAG que ven ahora como se despeja la pista para obtener apoyos financieros tanto del Reino Unido como de España. En la última semana, el grupo aéreo hispanobritánico ha recuperado un 20% de su valor, reduciendo su balance negativo anual por debajo del 70%, abandonando el primer puesto entre los peores valores del selectivo.
Con todo, y aunque ha logrado recuperar la crítica cota de los 2 euros por acción, los expertos técnicos siguen sin ver en su perfil motivos como para aconsejar la toma de posiciones en el valor mientras no se vayan despejando las incertidumbres sobre las ayudas públicas, muy retrasadas respecto a otro competidores.