La compañía FCC de Carlos Slim, en unión con la mexicana CICSA del propio magnate, se hizo con el contrato para construir el segundo tramo del Tren Maya, proyecto que consta de seis fases. Y Azvi, en consorcio con la azteca Gami, acaba de ganar el tercer tramo de este plan estrella en infraestructuras.
FCC se impuso en un concurso al que se presentaron 15 consocios, de los cuales cinco contaban presencia española. Además del grupo controlado por Slim, participaron Sacyr, Azvi, Copasa y Rubau, junto a firmas mexicanas, portuguesas, italianas y chinas. De los 15 fueron descalificados más de la mitad antes de la decisión final, entre ellos las alianzas en las que figuraban Copasa, Sacyr, ASCH y Rubau. FCC se hizo con el contrato en alianza con Carso Infraestructura y Construcción, pese a no presentar la mejor oferta económica (710 millones), y en la decisión de que le fuera adjudicado fue clave la solución técnica aportada. Se trata del segundo intento de Slim de participar en un proyecto cuyo primer tramo fue ganado por un consorcio liderado por la portuguesa Mota-Engil, con una propuesta de inversión de 637 millones.
El Tren Maya, es el mayor proyecto de infraestructura de AMLO, una línea ferroviaria proyectada para conectar las principales ciudades y zonas turísticas de la península de Yucatán. Y un ejemplo de que, pese la crisis, Latam sigue generando oportunidades. Con un recorrido de 1.525 kilómetros, 18 estaciones y 12 apeaderos y un presupuesto de 6.300 millones, el tendido atravesará los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Dedicado al transporte de pasajeros, turístico y de carga, está previsto que el corredor inicie operaciones en 2023, aunque el impacto del COVID-19 probablemente cause atrasos. Tendrá capacidad para trasladar a 3 millones de turistas al año.
Las adjudicaciones corren a cargo del gubernamental Fondo Nacional para el Fomento del Turismo (Fonatur), que tiene la concesión para operar por 50 años una línea férrea de transporte que está incluida en el plan de estímulo económico por 25.620 millones anunciado por AMLO para afrontar la crisis derivada del coronavirus. La española Sener forma parte del consorcio de ingeniería designado por el Gobierno para realizar el proyecto básico del tren. CAF, interesada en un principio, no ha participado en las primeras licitaciones.
Las hoteleras españolas, beneficiadas
Con el Tren Maya y otros planes como el corredor del Istmo de Tehuantepec y la refinería Dos Bocas, AMLO trata de hacer olvidar la muy criticada cancelación del nuevo aeropuerto internacional de Ciudad de México. El presidente AMLO quiere acudir en los próximos días a escenificar el comienzo de las obras, pero Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo están en máxima alerta sanitaria (roja) por el virus y Chiapas, en verde. AMLO subrayó días atrás que los primeros tramos del tren desde Palenque hasta Cancún, generarán 100.000 empleos este año y se mostró confiado en que el impulsará el turismo en un área en la que están instaladas hoteleras españolas, entre ellas Ríu, Piñero, Iberostar, Meliá, Barceló, Oasis, Palladium, Occidental y HM.
El Tramo 1 (227 kilómetros, de Palenque (Chiapas) a Escárcega (Campeche), será ejecutado por la alianza de Mota-Engil México, China Communications Construction y tres mexicanas (Cosh, Eyasa y Gavil), que se impuso a las españolas FCC, Sacyr, Copasa y ASCH. La construcción se inició a comienzos de mayo, con un número reducido de trabajadores por la pandemia. Y no sin sobresaltos. Días tras, un juez falló la suspensión provisional del tramo, a requerimiento de un pueblo, suspensión que Fonatur juzgó improcedente, ya que los trabajos se llevan en estricto apego a los protocolos sanitarios dictados ante el virus. También la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió medidas cautelares a favor de los pueblos originarios por un plan que tiene la oposición de ecologistas, organizaciones sociales y comunidades indígenas.
El segundo tramo del corredor ferroviario, adjudicado a FCC, tiene 235 kilómetros, de Escárcega a Calkiní (Campeche), mientras que el Tramo 3 tendrá 172 kilómetros, desde Calkiní a Izamal (Yucatán). Azvi, con su filial Construcciones Urales, en consorcio con la azteca Gami se han hecho con el contrato para ejecutar este tramo (424,5 millones), en una puja en la que pugnaban 8 empresas españolas, incluidas en 16 consorcios internacionales en liza: FCC, Sacyr, Azvi, Copasa, Rubau, Acciona y Comsa. La propuesta de Comsa en alianza con la mexicana Caabsa parecía la favorita en una liza en la que, además, había grandes rivales chinos y mexicanos, como China Railway, Sinohydro, Power China ICA, Indi, Grupo México, y Operadora CICSA.
El Tramo 4, de Izamal a Cancún (Quintana Roo), lo tiene ganado la mexicana ICA, ya que tiene la operación de la carretera Kantunil-Cancún, paralela al corredor ferroviario, mientras que en la licitación del Tramo 5 (121 kilómetros de Cancún a Tulum), a iniciarse a mitad de junio, BlackRock lleva ventaja, tras presentar una propuesta no solicitada para ampliar la carretera Cancún-Tulum, donde se planean más carriles en ambos sentidos y que el Tren Maya se encuentre en la parte central. Quedarían para más adelante los tramos Tulum-Bacalar-Chetumal-Calakmul y el entronque con Escárcega (Campeche).
En el otro gran proyecto AMLO, el corredor del Istmo de Tehuantepec, ya se están rehabilitando la vía y los dos puertos, Coatzoacoalcos y Salina Cruz. La meta es unir países de Asia con la costa este de EEUU, en una especie de Canal de Panamá, pero con ferrocarril y carga de contenedores. Además, en el corredor se van a establecer 10 parques industriales para ensamblajes de productos. Las empresas que se asienten recibirán apoyo fiscal con reducción de pago de impuestos. AMLO espera que sea inaugurado en marzo de 2022.