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La energía limpia, clave de reactivación

Todo apun­taba a la energía re­no­vable como una de las grandes me­ga­ten­den­cias de los mer­cados in­ter­na­cio­nales en esta dé­cada de los veinte con unas pro­yec­ciones cer­canas al 45% de energía limpia para el año 2030. No obs­tante, el efecto del co­ro­na­virus en la eco­nomía puede su­poner un serio obs­táculo en la con­se­cu­ción de estas ex­pec­ta­ti­vas.

El descenso del consumo provocado por la crisis, el parón de oficinas e industria ha supuesto un duro golpe, se ha derivado en una rápida ralentización de las inversiones que preocupa en la Asociación de Energías Renovables (APPA). El impacto de Covid-19 en la demanda de energía en 2020 sería siete veces mayor que el impacto de la crisis financiera de 2008 en la demanda mundial de energía, según cálculos de la Agencia Internacional de Energía.

En 2019 la energía limpia dio respuesta a algo más del 37% de la demanda eléctrica peninsular, siendo la eólica, la hidráulica y la fotovoltaica las tres principales. Un contexto marcado ahora por la pandemia. Donde los países deben analizan prioridades con el fin de estimular su economía, Ya no se trata solo de garantizar la salud y el bienestar de las personas sino también de la estabilidad financiera.

Pero no se debe olvidar en ningún caso los recientes informes que vinculan la polución con el desarrollo y potenciación de las pandemias. En este sentido sigue haciendo falta una hoja de ruta acelerada para cumplir los objetivos climáticos mundiales mediante la descarbonización de nuestras sociedades.

Con la cumbre del clima a finales de 2019 se propiciaba un fuerte impulso en materia de desarrollo sostenible. Tanto es así, que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) pronosticaba un año récord para la energía limpia a lo largo de este año.

En estos cuatro primeros meses del 2020, sin embargo, la situación ha dado un giro de 180 grados por la crisis sanitara que ha "cambiado los planes de la economía global, interrumpido las tendencias y puesto en peligro las inversiones en energía renovable, a pesar de su solidez como activo de inversión.

Según los analistas internacionales del sector, las inversiones en proyectos de esta índole se verán "gravemente" afectadas, lo que repercutirá en la paralización de la Transición Energética, especialmente en Europa. En este sentido, la AIE insta a los gobiernos a actuar para frenar estos efectos negativos mediante "incentivos de inversiones que impulsen el crecimiento económico", manteniendo en común en sus planes las soluciones a corto plazo para afrontar la crisis sanitaria y las metas climáticas y de desarrollo en el medio y largo plazo.

Es más, desde esta organización confían en que la crisis se convierta en una oportunidad para países como España debido a su alto potencial en este sector para obtener beneficios y avanzar hacia un futuro post crisis con una clara apuesta en sostenibilidad. Para ello las señales son muy positivas. El Plan Nacional Integral de Energía y Clima remitido por Bruselas busca incentivar las economías con la movilización de cerca de 250.000 millones de euros hasta 2030 para la incentivación de la energía limpia que servirá para crear miles de empleos.

De hecho, el proceso de descarbonización puede convertirse en uno de los proyectos impulsores de la reconstrucción. Para ello se deberán revisar los planes de desarrollo e inversión a medio y largo plazo con el fin de alcanzar las metas de penetración de la energía renovable previstas para esta década.

No es de extrañar, por tanto, que las empresas cotizadas españolas con mayor peso en energías limpias se encuentren entre las mejor valoradas del mercado español. Entre ellas destaca Solaria con una revalorización anual de más del 25%, seguidas de más lejos por Solarparck e Iberdrola que luchan, a pesar de todo, por mantenerse cerca de sus respectivos niveles de comienzo de año.

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