BOLSA

Service Point, factores exógenos

La suerte es un factor fun­da­mental que acentúa o mi­ni­miza los aciertos y errores en la ges­tión de cara al éxito de una or­ga­ni­za­ción. La crisis eco­nó­mica con­se­cuencia del co­ro­na­vi­rus, por ejem­plo, ha ve­nido a gol­pear con es­pe­cial saña sobre aque­llas co­ti­zadas de pe­queño ta­maño que es­taban en pro­ceso de re­or­ga­ni­za­ción y re­es­truc­tu­ra­ción del ne­go­cio.

Esto es lo que le ha pasado a Service Point. La llegada hace poco más de un año de Paragon Group como socio mayoritaria con el 86% del capital suponía no solo el saneamiento de su balance gracias al repago total de la deuda asociado al convenio de acreedores sino también su regreso a Bolsa.

Todo ello acompañado de un nuevo plan de negocio destinado a impulsar su crecimiento orgánico gracias a las inversiones en nuevos equipos con el fin de mejorar la competitividad y la eficiencia de la compañía gracias a este nuevo apoyo financiero. Y, en paralelo, apostando por el crecimiento inorgánico analizando distintos proyectos de adquisición en las áreas de comunicaciones con clientes, soluciones gráficas, así como en otras áreas de interés estratégico con el fin de adentrarse en otros segmentos para generar sinergias y valor al accionista.

Sin embargo, todos estos planes del grupo especializado en material de oficinas, además de ir más lentos de lo esperado inicialmente, se han encontrado ahora con el muro del coronavirus. El cierre de tiendas físicas de papelería y la caída de la demanda por el teletrabajo suponen un duro golpe al proceso de saneamiento justo en el peor momento.

En este sentido, los operadores aseguran que si no se está dentro es mejor mantenerse detrás de la barrera, sin dejarse llevar por las tentaciones de su bajo precio. Los rebotes que se han dado en las últimas semanas pueden encuadrarse en esa máxima que tanto gusta en los foros bursátiles del rebote del gato muerto.

Su perfil seguiría siendo netamente bajista, explican, incluso en el hipotético caso de llegar a multiplicar por dos su precio actual. Algo completamente inviable a corto plazo en la situación actual. La tendencia primaria sigue siendo netamente bajista y no cabe descartar que pueda caer por debajo de los 0,31 euros, mínimo absoluto registrado a mediados de marzo. Eso sí, para los especuladores más agresivos puede ser un auténtico filón.

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