¿Real Barcelona o Fútbol Club Madrid? A cualquiera le costaría imaginar la denominación del equipo resultante en caso de integración, pero en el terreno bancario las dudas son menores al menos para algunos de sus máximos impulsores, como es el caso del máximo mandatario de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé.
El veterano banquero considera que la integración de Bankia en CaixaBank no sólo tiene un sentido estratégico y empresarial, sino que "ayuda a vertebrar España", como afirmaba hace unos días en una entrevista con el diario El Mundo. La operación, bajo su punto de vista, permite integrar dos entidades que tenían su origen en Madrid y Cataluña.
La pérdida de las esencias y de los orígenes ya planeó en la última junta de accionistas de CaixaBank, con la intervención de un accionista que conminó al consejero delegado de la entidad resultante, Gonzalo Gortázar, a que mantuviera su despacho en la Diagonal de Barcelona y no se viera tentado ni por las Torres Kio o el palco del Santiago Bernabeu (en la misma arteria del Paseo de la Castellana, en Madrid).
Gortázar minimizó el aviso de dicha intervención y puso en valor el poder contar con despachos en las dos sedes operativas del nuevo banco, el primero en España por total de activos, repartidas entre Madrid y Barcelona, así como la que dispone en su sede social, radicada desde finales de 2017 en Valencia.
Desde entonces, la Comunidad Valenciana se convirtió en la nueva City financiera española, ya que el Sabadell también trasladó su sede social a Alicante, en donde radicaba la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) que integró en su momento ante la quiebra de la entidad alicantina.
Bankia, tras la integración de Bancaja, ya había separado su sede operativa en los cuarteles generales de Caja Madrid de la sede social en Valencia, a tan sólo unos pasos de la de CaixaBank en el emblemático edificio del Banco de Valencia (también subastado, tras el fiasco en la gestión).
Uno y medio
Las críticas al centralismo financiero que mantiene Madrid tendría fundamento tan sólo a medias, ya que en el actualidad tan sólo Bankinter y Liberbank, antes de la fusión que negocia con Unicaja, son los únicos bancos con su sede social en la capital de España. En el caso del controlado accionarialmente por Jaime Botín y familia, también su sede operativa radica en territorio madrileño, mientras que la gestión de Liberbank se lleva más desde territorios asturianos.
La integración de Banco Popular, que también tenía su sede social en Madrid, por parte del Santander eliminó a uno de los últimos bancos radicados en la capital de España. Bien es cierto, que la operativa del grupo presidido por Ana Botín está radicado en la localidad madrileña de Boadilla del Monte, pero la razón social de banco se mantiene en la capital cántabra.
Algo similar ocurre con el BBVA, un grupo forjado entre varias entidades con origen en el País Vasco. La sede social se mantiene en Bilbao, aunque hace algunos lustros se cuestionó su mantenimiento ante el conocido como 'Plan Ibarretxe' (así bautizado por el apellido del entonces lehendakari).
Ni el anterior presidente, Francisco González (FG), ni el actual Carlos Torres, han vuelto a barajar ese cambio de sede social, ya que todo el centro operativo se ha mantenido desde hace dos décadas en Madrid. Ankara (Turquía) o México D.C. aún no se barajan como alternativas, pese a su cada vez mayor dependencia de esos dos países emergentes.