La agencia de calificación Moody´s rebajó recientemente su perspectiva de calificación de estable a negativa motivado por la preocupación en la caída de los volúmenes de plasma, así como por la estrategia de la compañía de seguir realizando adquisiciones en lugar de disminuir deuda. Aunque no tiene vencimientos importantes hasta 2025, los expertos muestran una cierta inquietud por su ratio de deuda neta Ebitda por encima de las 4 veces.
Este es uno de los motivos que estaría llevando a los operadores a pasar por alto operaciones importantes como el reciente acuerdo vinculante con la sociedad egipcia National Service Projects Organization (NSPO) para constituir una joint venture. Grifols tendrá el 49% de esta sociedad destinada al desarrollo, construcción y operación de 20 centros de obtención de plasma, una fábrica de fraccionamiento y una fábrica de purificación y dosificación de proteínas con una inversión total de 300 millones de euros.
Este acuerdo convertirá a Egipto en un país autosuficiente en la obtención de plasma y medicamentos plasmáticos y servirá de plataforma para proyectos de naturaleza similar en África y Oriente Medio. De hecho, ha llevado a suspender de mutuo acuerdo el acuerdo no vinculante suscrito con el fondo soberano de Arabia Saudí el pasado febrero.
Para Grifols, el proyecto supondrá liberar plasma y capacidad de producción, a la vez que diversificará las fuentes de obtención de materia prima.
Aunque los analistas en su mayoría coinciden en recomendar compra, la cotización del fabricante de plasma se ha estancado en noviembre. Con una revalorización de menos del 4% en el mes, es uno de los valores que menos sube en este mes histórico para el Ibex 35. Mantiene así una caída anual superior al 22%.
Su cotización muestra además importantes signos de debilidad técnica que le han llevado a poner en riesgo el suelo que encuentra sobre los 24 euros. Su perfil a día de hoy es netamente bajista con muchas más probabilidades de poder deslizarse hasta los 22 euros por acción que de remontar el vuelo, pese al insistente optimismo de los analistas fundamentales.