Durante el pasado ejercicio, los ingresos por ventas crecieron un 8%, por encima de los 2.000 millones de euros, con un avance del Ebitda del 22% y un beneficio neto acumulado de 2.500 millones de euros, un 11% más. Cifras que se irán al traste este año y los siguientes tanto por las presiones de un mercado cada vez más exigente como por las decisiones restrictivas del Gobierno.
El plan del Ejecutivo es eliminar el trato impositivo favorable a estas sociedades, exentas hasta ahora del pago del Impuesto de Sociedades por el que ahora tendrá que pagar un mínimo del 15%. En principio, esta tributación no afectaría a las socimis cotizadas al distribuir entre sus accionistas todos los beneficios. En la actualidad, para beneficiarse de las ventajas fiscales, uno de los requisitos es distribuir entre sus accionistas un 80% de los beneficios como mínimo.
Los analistas, sin embargo, temen que el pago de sociedades no se limite a los beneficios sin distribuir, sino que se aplique sobre el beneficio neto, independientemente de su reparto. Eso supondría un severo varapalo para las cotizadas, pues amenaza con lastrar la captación de fondos hacia el sector español.
Así lo refleja, la reacción inmediata en el mercado con la salida masiva de inversores del sector a la noticia de mayores impuestos. No en vano, los valores más castigados del Ibex 35 durante el último mes han sido las socimis.
La peor parte se la ha llevado Merlin Properties que se ha dejado cerca de un 20% en octubre y ya acumula un retroceso anual del 55%. Sus acciones han caído hasta los 5,7 euros, mínimos históricos después de lograr máximos absolutos sobre los 13,4 euros hace poco más de un año.
Inmobiliaria Colonial, por su parte, ha retrocedido un 14% en el mes con un retroceso anual del 45%, que le ha llevado a situarse en su nivel más bajo desde 2017. Tras interrumpir el proceso de recuperación mostrado durante los cinco últimos años, la inmobiliaria vuelve a mostrar una tendencia netamente bajista.
Un oscuro panorama para el sector, que vuelve a revivir su peor pesadilla después de la profunda crisis de 2008.