Lagarde ya envió la primera señal al advertir en la rueda de prensa posterior a la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE que esperarían al informe económico elaborado por el equipo del banco y que conocerán a principios del próximo mes de diciembre para tomar nuevas decisiones que eviten el colapso de la economía en la zona euro. Ella daba por hecho que el resultado volverá a mostrar las debilidades de la economía europea.
Una semana más tarde, el vicepresidente del BCE, en su intervención en la jornada organizada por el Círculo de Empresarios en Madrid sobre ‘La economía de la zona euro: proceso de recuperación y perspectivas’, adelantaba que los nuevos datos que ya están recibiendo muestran que la economía europea se está volviendo a contraer por lo que, tras la nuevas medidas de confinamiento adoptadas por una mayoría de países europeos, dan por hecho que la eurozona no crecerá como habían previsto un 3 % en el cuatro trimestre.
Es más, De Guindos se atrevió incluso a pronosticar que habría un estancamiento de la economía o una recaída del PIB tanto para el cuarto trimestre de este año como para el primero del próximo. En respuesta a la pregunta que le planteaba el presidente del Círculo de Empresarios sobre cómo consideran en el BCE que pueda evolucionar la economía en el futuro inmediata, Guindos respondía textualmente: “nuestra proyección era que en el cuarto trimestre tuviéramos un crecimiento económico por encima del 3% y, en estos momentos, se va a ver que el cuarto trimestre no va a cumplir estas proyecciones en términos de crecimiento trimestral. No sería una locura que fuéramos a crecimientos cero o negativos en la zona euro".
No se quedó ahí la advertencia del vicepresidente del BCE. Ante la acumulación de datos negativos y el incremento de signos de incertidumbre con el aumento del número de infectados por el Covid-19, Guindos insistía en el compromiso adquirido por el BCE para poner más medidas a favor del crecimiento económico y ante la necesidad de evitar que la crisis sanitaria se convierta en una crisis financiera, según sus propias palabras.
Preocupación de los bancos centrales
Es la principal preocupación que tienen ahora, tanto en Fráncfort como en el resto de capitales europeas los gobernadores de los Bancos Centrales. Uno de los primeros en llamar la atención sobre lo dramático que sería que se contaminara también el sistema financiero fue el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advertencia que pasó inadvertida para una parte de los analistas políticos. Si el sistema financiero encargado de inyectar la sangre al dañado cuerpo económico se viera afectado en estos momentos, todo el conjunto de la economía sufriría gravemente las consecuencias.
Como muestra de la importancia que el Banco Central ha querido dar a este mensaje, sirva el ejemplo de que la condición que puso el equipo de Luis de Guindos para participar en el encuentro con el Circulo de Empresarios era que su intervención tenía que ofrecerse en abierto. Ello, pese a que este tipo de encuentros los organiza el Círculo para que sus socios cuenten con una información privilegiada y a su vez para que los invitados puedan expresarse con absoluta libertad.
Con la absoluta libertad que Luis de Guindos ha querido enviar las señales de alarma que de forma coordinada ya han lanzado cuantos miembros del Consejo de Gobierno del emisor europeo han intervenido en los últimos días. Advertencias que vuelven a sorprender con los cándidos mensajes de autosatisfacción de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, en su artículo de este fin de semana en El Mundo titulado ‘Frente a la incertidumbre, confianza y unidad’.
Sorprende después de haber oído lo que hemos oído de los responsables del BCE que Calviño todavía ponga el énfasis en la “intensa reactivación registrada desde el fin de la hibernación y durante el tercer trimestre”.
Reunión este martes dia 3 de noviembre
Y todavía sorprende más leerles sus reflexiones posteriores cuando el Eurogrupo advierte en su convocatoria de la reunión de este martes 3 de noviembre de que el aumento de los infectados ya ha empeorado el comportamiento de la economía. ¿Qué es lo que dice Calviño frente a las advertencias de sus compañeros?
Pues insiste en la intensa reactivación en “un tercer trimestre en el que, pese a los rebrotes y las restricciones a la llegada de turistas internacionales, hemos demostrado nuestra capacidad para controlar la epidemia y para impulsar de forma notable la economía y la creación de empleo, como manifiestan los casi 570.000 puestos de trabajo generados entre julio y septiembre que recoge la última encuesta de Población Activa (EPA), que suponen la recuperación de más de la mitad de la ocupación perdida durante el segundo trimestre”.
Haría bien la vicepresidenta tercera en admitir que los poderes públicos tienen una obligación, como ha querido dejar bien claro su predecesor en el ministerio de Economía, Luis de Guindos, de alertar que en los próximos meses hay que estar muy atentos. Además del riesgo sanitario por la pandemia, los niveles de riesgo político se han disparado y afectan directamente a las previsiones de recuperación de manera muy relevante.
Presumir de la generación de 570.000 empleos en el tercer trimestre cuando en lo que va de año el sector privado ha perdido 100.000 empresas y 805.900 empleos, mientras el sector público ha aumentado en 108.500 personas, resulta increíble. Como resulta increíble que la ministra Calviño considere creación de empleo el sacar a cientos de miles de españoles de la situación de ERTE.
Previsiones de otoño
Solo dos días después de que el Eurogrupo alerte de la gravedad de la situación, la Comisión Europea va a presentar sus previsiones de otoño que está actualizando a toda prisa para recoger los últimos datos. No son esperanzadoras las previsiones. Menos mal que hay realismo en Bruselas. Lo peor que nos podría pasar es tratar de no ver la realidad. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Sería muy grave que, con una economía estancada, con la mayor cifra de paro en Europa, con el déficit y la deuda disparada y la amenaza de que se vea afectado el sistema financiero, pensemos que la reactivación del pasado trimestre nos va a salvar a todos.