Monitor de Innovación

En co­la­bo­ra­ción con Pfizer, han con­se­guido un pro­yecto de va­cuna que ha sido pro­bado con un 90% de efec­ti­vidad

BioNTech, el nombre a pie de página en la investigación contra la Covid-19

La com­pañía ale­mana desa­rrolló el me­di­ca­mento desde un mo­desto la­bo­ra­torio en Maguncia

BioNTech.
BioNTech.

Los ti­tu­lares se los está lle­vando un gi­gante es­ta­dou­ni­dense lla­mado Pfizer, que ha puesto la in­fra­es­truc­tura y los me­dios; pero el la in­ves­ti­ga­ción y el mé­rito in­te­lec­tual de­trás del pro­yecto que el mundo en­tero es­pe­raba tiene ape­llidos tur­cos: los de Ugur Sahin y Öslem Türeci, fun­da­dores de BioNTech. Ha sido en el mo­desto la­bo­ra­torio de esta pe­queña 'Startup' ale­mana donde se ha ges­tado la va­cuna en la que están puestas todas las es­pe­ranzas de acabar con la pan­demia (con per­miso de los ru­sos).

Las instalaciones, ubicadas en Maguncia, acogieron la iniciativa de investigación de esta pareja de científicos, que la bautizaron como 'lightspeed' (velocidad de la luz, en Inglés), por la rapidez con la que esperaban llegar a su meta. Tras desarrollar una veintena de compuestos y realizar varias cribas con ellos, alcanzaron finalmente el definitivo, que lleva por nombre BNT162b2.

Luego llegó el acuerdo de colaboración con Pfizer, que permitió realizar test masivos que arrojasen luz sobre la efectividad real del medicamento. La infraestructura del gigante farmacéutico se puso en marcha para realizar ensayos en lo que se conoce como 'fase 3' de pruebas, probando el suero en grupos de entre 30.000 y 40.000 personas. Los resultados se han saldado con un 90% de eficacia, lo que ha llevado a Pfizer a prometer el suministro de 1.300 vacunaciones en 2021.

Una historia con mensaje

La de BioNTech es una de esas historias que podrían convertirse en el guión de una película taquillera. Sus fundadores, Ugur Sahin y Öslem Türeci, son ambos hijos de inmigrantes turcos afincados en Alemania. Marido y mujer, capitanean una compañía creada como 'startup' y dedicada originariamente a la lucha contra el cáncer, y que actualmente tiene un valor de 21.000 millones de dólares en la bolsa tecnológica Nasdaq.

Se conocieron en un hospital del Estado teutón del Sarre, y tras fundar su primera compañía farmacéutica ocho años atrás, llegaron al éxito con BioNTech. Él ejerce la jefatura de la empresa como director ejecutivo, mientras que ella ostenta el cargo de gerente médica. En una época en la que la xenofobia cabalga de nuevo a lomos de la incertidumbre y el miedo al contagio, esta pareja de inmigrantes de segunda generación han dado una bofetada a los estereotipos y a la intolerancia.

Las expectativas económicas para esta compañía, cuyo recorrido no ha estado exento de dificultades, no pueden ser mejores. En el horizonte, más allá de la lucha contra el Coronavirus, se encuentra otro ambicioso objetivo: convertirse en pioneros del uso del ARN mensajero para combatir las infecciones en el organismo.

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