Las loas a su prin­cipal unidad geo­grá­fica llegan en vís­peras de pre­sentar re­sul­tados

Torres (BBVA) recurre a México ante la deriva judicial del caso FG-Villarejo

Desvía la aten­ción sobre la con­tri­bu­ción de Bancomer por su mo­delo de ne­gocio

BBVA Bancomer
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El pre­si­dente del BBVA, Carlos Torres, ha bus­cado re­fugio en las bon­dades de su fi­lial en México, justo des­pués de que el juez Manuel García-Castellón haya puesto en manos de la po­licía la in­ves­ti­ga­ción in­terna que no llegó a com­pletar PwC sobre los en­cargos al co­mi­sario ju­bi­lado José Manuel Villarejo por parte de su an­te­ce­sor, Francisco González (FG). Con una apor­ta­ción del 50% al be­ne­ficio del grupo, México cobra de nuevo más valor a tan sólo una se­mana que el BBVA pre­sente sus cuentas del tercer tri­mes­tre.

Carlos Torres ha encontrado un remanso de paz, al menos momentáneo, en la inauguración de la reunión nacional de consejeros regionales de su banco en México, ante los que ha bendecido tanto el modelo de negocio de Bancomer como la recuperación de la economía de aquel país que será determinante en la cuentas del grupo durante el tercer trimestre.

Sus mensajes se producen casi a la par de la decisión adoptada por el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, de poner en manos de la policía la investigación de aquellos asuntos claves que la consultora PwC, por encargo del propio BBVA, no tuvo acceso en sus conclusiones sobre los encargos de espionaje hechos al comisario jubilado Villarejo por parte del anterior presidente del grupo, Francisco González.

La investigación policial de esos documentos pueden revelar las implicaciones de un buen número de directivos en aquellos trabajos encargados a Villarejo y supondría que algunos de los ya citados en su momento como testigos por parte del magistrado pudieran acabar teniendo la condición de investigados en ese caso.

Tanto la decisión judicial como el discurso inaugural de Torres ante los responsables de su banco en México se producen a tan sólo una semana de que el BBVA presente las cuentas correspondientes al tercer trimestre.

Ya al cierre de junio, el mercado mexicano suponía para el grupo más del 50% del beneficio atribuido, mientras que España se había quedado en una escuálida contribución del 8%, por detrás de otras economías en las que opera el banco, como la siempre inestable Turquía.

Por supuesto, Carlos Torres no ha hablado sobre el caso FG-Villarejo en su discurso ante los responsables mexicanos, aunque la decisión adoptada por García-Castellón sí forzó al banco a publicar un comunicado al respecto, después de varios meses en los que sus máximos responsables han guardado un silencio sepulcral sobre ese turbio asunto.

Recuperados los márgenes

Mientras que en España las distintas autoridades aún se debaten sobre las medidas a adoptar ante el coronavirus (desde el toque de queda al estado de alarma), la situación en México parece normalizarse, según Torres, de manera muy significativa tras el primer impacto que tuvo para su economía.

El presidente del BBVA ha explicado que gracias a "un aumento gradual de la movilidad interna y la reactivación de la producción por el lado de la oferta se ha propiciado un rebote en el tercer trimestre". De cara al futuro más inmediato, "vemos una fortaleza relativa por la demanda externa, en el contexto del nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá".

Carlos Torres, como suele ser habitual, no será el encargado de presentar el próximo viernes 30 de octubre los resultados del tercer trimestre, tanto como grupo por cada una de las unidades geográficas de negocio. Será su consejero delegado, el turco Onur Genç, el que ofrezca las explicaciones, aunque no se muestre muy explícito con la nueva derivada que ha tomado el caso FG-Villarejo.

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