Incluso la propia compañía ha asegurado no saber qué está pasando, mientras la CNMV ha puesto en vigilancia valor con el fin de detectar cualquier movimiento extraño.
En el mercado, sin embargo, se especula con la posibilidad de que la compañía de reprografía catalana sepa más de lo que afirma y que pronto podría hacer públicas noticias importantes que podrían estar relacionadas con una posible operación corporativa.
Algunos operadores especulan también con la posibilidad de unos buenos resultados en los dos últimos trimestres aún por presentar. En el primer trimestre duplicó las pérdidas contabilizadas en marzo de 2019, hasta 250.000 euros, tras registrar un retroceso de las ventas cercano al 12% debido a las medidas de confinamiento por la pandemia.
Los analistas recuerdan además que la compañía tiene pendiente la celebración de la junta de accionistas prevista para finales de mes octubre, aunque sin puntos especialmente relevantes en el orden del día.
El caso es que después de ser uno de los peores valores del mercado continuo de las últimas dos décadas, hasta marcar mínimos históricos a 0,283 euros por acción, de repente da la impresión de que casi nadie quiere vender. Con poco papel en circulación, en torno a 10 millones de acciones, se dan las condiciones propicias para un efecto chimenea, lo cual ha supuesto a la compañía casi duplicar su valor en apenas una semana de locura.
Ahora, los expertos esperan una intensa volatilidad provocada por el tira y afloja entre los que quieren aprovechar las subidas para recoger beneficios o salir del valor y los que especulan con posibles buenas noticias a corto plazo que puedan seguir animando al valor.