Las autoridades supervisoras lusas CNMV (mercado de valores) y ERC (sector mediático), no están por la labor de facilitar la vida a Prisa y a su nuevo socio Pluris. Lo que está en juego es la venta de un 30% de Media Capital, anunciada el pasado mes de mayo y que fue realizada al margen de las autorizaciones legales exigidas para este tipo de operaciones. De ahí, la apertura de un proceso sancionador, que además de las multas habituales, podrá provocar no solo la anulación de la operación sino también una polémica, larga e imprevisible guerra de Opas.
Prisa sigue, pues, sin ver el final de la pesadilla que vive en Portugal, donde llegó en 2005 y acumula más de 500 millones de euros de pérdida de valor. Lo que se plantea ahora, según ERC, en línea con la argumentación desarrollada anteriormente por la CNMV, es que la operación firmada con Pluris estuvo empañada de irregularidades administrativas: con la venta del 30% de MC, por apenas unos10 millones de euros, Prisa habrá cedido al nuevo accionista una posición oculta de control conjunto en la perla del grupo – TVI, la segunda televisión del país.
Vuelta atrás
Desde el primer momento en que Pluris puso los pies en MC, lo que hizo Prisa fue facilitar un cambio de orientación estratégica en la TVI, donde el nuevo accionista, sin apenas experiencia en el sector, puso a hombres de su confianza en puestos directivos y sobre todo al frente de los servicios informativos. Tras haber ocupado durante años una posición de líder (llegó a tener un 35% de audiencia), durante los últimos anos TVI perdió muchos espectadores e ingresos publicitarios, a favor de la rival privada SIC y también de la pública RTP.
Fue solo ante el clamor de los rivales de Prisa, empezando por el grupo Impresa, dueño de la SIC y del influyente semanario Expresso, que la CNMV decidió tomar cartas en el asunto. Y su conclusión ha sido que Prisa y Pluris tendrían eventualmente firmado un pacto secreto de controle conjunto de la TVI, y además con la agravante que el nuevo accionista de MC, carecía no solo de la más mínima experiencia en el sector, sino sobre todo, de la licencia que tenía que haber solicitado con anterioridad a ERC, para operar y dirigir una televisión y varias radios.
Bajo investigación Con base en el informe de la autoridad del mercado de valores, lo que ha hecho ERC ha sido estudiar la situación creada, llegando a la misma conclusión. De ahí la apertura de un “procedimiento administrativo”, que además de unas multas poco menos que simbólicas (en el peor de los casos, sumarian unos 475.000 euros), contempla la posibilidad de que el negocio entre Prisa y Pluris pueda ser anulado y dar lugar a una guerra de Opas, con la participación del grupo Cofina de Paulo Fernandes, que sigue empeñado en hacerse con el control total de MC.
En definitiva, que Prisa colocaría a su filial en una situación de venta al mejor postor. Una manera de aumentar el simbólico precio de venta.
Todo está en juego
Además de la situación comprometida del 30% de MC adquirido por Pluris, está también en juego el 65% restante controlado por Prisa, que ya había acordado venderlo por un total de 36,8 millones de euros. Un 20% de las acciones quedó en manos del grupo Triun, con unos intereses muy diversificados (inmobiliario, agro alimentar, etc.) lo mismo que Zenith Odyssey, que concentra otro 16% de MC. Lo más llamativo fue la entrada de pequeños inversores sin conexión entre ellos, como la estrella de la tele lusa Cristina Ferreira (2,5%) y algunos artistas.
Abanca se frota las manos
También está en juego el 5,3% de MC, cuyo control siempre estuvo al margen de la posición dominante de Prisa. Con un 5% de acciones, Abanca es el más importante de los minoritarios, con derecho a un trato especifico: para cuando llegue el momento de las Opas obligatorias dirigidas a los minoritarios, por parte de Cofina, del mismo modo la que será probablemente exigida al empresario turístico Manuel Ferreira (al frente del holding familiar Pluris), quien pondrá precio a la operación será la CNMV, con el apoyo de auditores independientes.
Sin embargo, donde se concentra la mayor dosis de incertidumbre es en la posición de Cofina, que por dos veces ya estuvo muy cerca de hacerse con la totalidad de la participación de Prisa en MC. El primer acuerdo entre ambas las partes, sellado en setiembre de 2017, consistía en una oferta pública de 2,13 euros, situando el “valor de empresa” de MC en unos 255 millones. Sin embargo, a finales de año Prisa tuvo que aceptar una rebaja considerable del precio de la Opa, exigida por Cofina, al conocer la mala situación real de MC en general y de TVI en particular.
El nuevo precio de la oferta quedó entonces situado en 1,54 euros por acción, que suponía para Cofina una operación de 130 millones (incluyendo unos 90 millones de deuda). En aquel momento, el éxito de la OPA se daba por descontado. Prisa tenía mucha prisa en hacer las maletas, poniendo así punto final a su infructuosa aventura lusa, hasta que, en marzo de 2020, ya con la economía medio paralizada por el coronavirus, Paulo Fernandes tomó la decisión de retirar la OPA ssobre MC, y lo hizo de manera unilateral, sin mediar ningún preaviso a Prisa.
La CNMV tuvo que tomar cartas en el asunto rechazando parcialmente la demanda de Cofina, la relacionada con la oferta destinada a los minoritarios de MC, y que deberá ser ejecutada. Pero, como si se quisiera enredar aún mas la situación, lo que hizo además Cofina fue anunciar el pasado mes de agosto una nueva Opa por el 100% de MC, pero a precio de saldo: 0,415 euros por acción, que representaría una inversión máxima de 35 millones de euros, poco más de un 25% del “valor de empresa” (deuda incluida), situando en torno a los 130 millones.
El lio se complica
Prisa rechazó inmediatamente dicha oferta, y lo que hizo fue buscar rápidamente una nueva salida, que pasó por la dicha dispersión de sus 65% a diversos inversores, en principio sin intereses coligados, con que no tendrán ninguna participación directa en la gestión de MC, y por un precio ligeramente superior al de la Opa rechazada de Cofina. Con que ahora solo cabe esperar lo que decidan las autoridades reguladoras – la CNMV por lo que atiene a las Opas habidas y por haber, y la ERC, en relación que las licencias de explotación de la TVI.
De lo que no cabe duda, en todo o caso, es que Prisa solo tiene una idea fija. Poner la palabra “fin” a la inversión realizada en Portugal desde 2005, que fue cuando se hizo con su primer 33% de MC, a cambio de 189 millones, más un 24% de Prisa División Internacional. Poco después, en enero de 2007, lbajo la gestión de Juan Luis Cebrián, lanzó una Opa voluntaria de 7,40 euros por acción, que daba a MC un valor de 620 millones, pagando 255 millones por un 40,7% más del grupo luso. Y en abril de 2007 completó su participación con una oferta de otros 20 millones de euros exigida por la CNMV.
O sea, en todo el tiempo que lleva en Portugal, Prisa no hizo prácticamente nada más que poner dinero, haciendo una apuesta a ciegas principalmente en TVI, que llegó a liderar el sector con más de un 35% de la audiencia total, frente al 17% actual, y lo mismo pasó con la parte de los ingresos publicitarios. Sin embargo, lo que ha hecho Prisa ha sido relativizar la situación, hasta el punto de sentirse injuriada, cuando Cofina exigió una rebaja del precio de su primera oferta, que acabó por retirar, acusando a Prisa de haber camuflado la situación real de TVI.
Lo cierto es que teniendo en cuenta solo los últimos diez años, la inversión realizada por Prisa en MC tuvo como resultado una destrucción de valor de unos 430 millones de euros. Ocurre, además, que dicha estimación fue realizada antes de sumar los 47 millones de ingresos previstos con la venta de su 95% de MC… y por la cual llegó a aceptar en 2017 una oferta de 440 millones: presentada por Altice. Dicha oferta fue bloqueada por la autoridad de la competencia, bajo el pretexto de que el grupo francés ya tenía el control total de la antigua Portugal Telecom.
La cuestión, ahora, consiste en saber cuanto tiempo más Prisa deberá seguir perdiendo dinero y también la paciencia en Portugal. Aunque todo es relativo, ahora que se ha garantizado una tesorería que no temía, tras el acuerdo de refinanciación de su deuda y la venta de Santillana España. Todo hubiera sido rápido, con la dispersión de su 65% en MC, pero tras las intervenciones de la CNMV (eventual guerra de Opas) y de ERC (licencias de televisión y radio), y ante la incertidumbre relacionada con las intenciones de Cofina y Pluris, lo más probable es que la operación portuguesa seguirá funcionado para Prisa, por un tiempo indeterminado, como una auténtica pesadilla. O no.