Galán exige el com­pro­miso que va­lora la ac­ción de la com­pañía en 22 euros

Iberdrola y Siemens no quieren pleitos judiciales por Gamesa

Aplazan una vista ante los tri­bu­nales para buscar una sa­lida pac­tada a su en­dé­mico con­flicto

Gamesa y Siemens
Gamesa y Siemens

Iberdrola y Siemens han de­ci­dido ol­vi­darse de los tri­bu­nales e in­tentar llegar a un acuerdo en la guerra que man­tienen abierta en Gamesa. Los dos ac­cio­nistas prin­ci­pales de la com­pañía fa­bri­cante de mo­li­ni­llos -Siemens con­trola un 59% e Iberdrola un 8%- te­nían cita en el juz­gado nú­mero 1 de lo Mercantil de Bilbao y la han apla­zado du­rante unas se­ma­nas. En este mo­mento el viejo ma­tri­monio está to­tal­mente roto pero ambas partes pre­fieren pactar antes que se­guir su pelea ju­di­cial.

Las dos compañías llevan dos años en conflicto en la empresa de la que son socios sin que logren ponerse de acuerdo en la forma de gestionar la sociedad. La situación se ha recrudecido a raíz de una demanda interpuesta por Iberdrola contra Siemens por considerar que la sociedad alemana había fijado unos umbrales económicos muy elevados para que determinados proyectos y decisiones pudieran ser debatidos en el consejo de administración.

Esos techos económicos a partir de los cuales tiene voz y voto el consejo, están establecidos en 1.000 millones de euros o más para proyectos off shore, 500 millones para proyectos on shore y 500 millones en servicios. Por debajo de esas cifras, quien decide es el consejero delegado.

El juzgado de lo Mercantil número 2 de Bilbao acaba de estimar parcialmente la demanda que en su día interpuso Iberdrola, declarando nulo parte del acuerdo sobre determinadas materias reservadas al consejo. Ahora, estaba pendiente otro juicio en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Bilbao que ha sido aplazado por las dos partes.

Volver a sentarse a la mesa

El aplazamiento de la vista se debe a que Iberdrola y Siemens han acordado volver a sentarse a la mesa y negociar, bien una salida de la eléctrica en el accionariado o, modificar la estructura de poder que las dos partes acordaron en su día, y que se ha demostrado que no funciona.

La segunda de las dos opciones posibles -reestructurar nuevamente los puestos de mando-, es muy complicada pues ha visto que hay grandes diferencias en cuanto a la forma de gestionar la empresa.

Reparto de poderes

Hace dos años, en una de las grandes crisis internas de la compañía, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, logró colocar a una persona de su total confianza en la dirección financiera de Siemens Gamesa. David Mesonero tenía un gran reto en su nuevo cargo: reflotar el valor de la compañía bastante maltrecho por culpa de las incertidumbres que tenía entonces el mercado eólico.

En esos momentos, la compañía no acababa de repuntar en Bolsa como pretendía Galán, ya que el valor se encontraba a unos 11 euros, la mitad del precio de 22 euros a los que pactó el presidente de Iberdrola para poder vender el 8% del capital que la eléctrica tiene en la compañía controlada por la alemana. Actualmente, la compañía cotiza a 15,50 euros y, aunque está lejos de los 22 euros marcados en el pacto parasocial, la distancia se ha reducido.

David Mesonero, con grandes vínculos familiares con Galán -está casado con una hija suya-, es el principal responsable dentro de las funciones corporativas de la compañía. El pacto suscrito para gestionar Siemens Gamesa establece que Iberdrola tiene derecho a nombrar el director financiero y Galán quiso poner a una persona de su total confianza para disponer de información relevante en todos los proyectos de la compañía vasca.

Dentro del staff de Siemens Gamesa, Markus Tacke es el CEO de la compañía desde mayo de 2017, que fue nombrado consejero delegado. Mark Albenze es CEO de Servicios; Alfonso Faubel, CEO de Onshore y Andreas Nauen, CEO de Offshore. Junto con el consejero delegado, los tres altos cargos dependen directamente de la alemana Siemens y son, quienes realmente deciden la estrategia de la sociedad.

Por su parte, Galán tiene a una persona de su total confianza en uno de los puestos más relevantes de la empresa pero verdaderamente no se ha producido el equilibrio de poder en la gestión que el presidente de Iberdrola pretendía colocando a Mesonero.

Siemens Energy, un problema añadido

El segundo problema de fondo -el de mayor riesgo ahora para Galán- radica en el traspaso que Siemens quiere hacer de su negocio energético a Siemens Energy. La empresa alemana quiere además incluir Gamesa en esa sociedad, con la idea de sacar dicha filial a bolsa. Esta operación no es aceptada por Iberdrola, ya que considera que rompe el pacto que ambas partes habían sellado. Por otro lado, la eléctrica entiende que los accionistas minoritarios quedarían también en clara desventaja.

Por eso, después de tantos tiras y aflojas y, ante la imposibilidad de mantener una estructura de poder equilibrada, Galán busca, como mal menor, llegar a un acuerdo con Siemens y vender el 8% que tiene en la empresa de molinillos. El gran dilema está en el precio que pide el presidente de Iberdrola. El máximo ejecutivo de la eléctrica quiere que se respete el acuerdo parasocial que se firmó cuando se cerró la fusión de las actividades de renovables de Siemens con Gamesa.

Uno de los puntos del mismo, establecía que, en caso de que se rompiese el acuerdo de accionistas, Iberdrola vendería el 8% a Siemens a 22 euros por título, o al precio de cotización más una prima del 30%. En estos momentos, las acciones de Gamesa cotizan a 15,50 euros. Por tanto, la mejor operación para Iberdrola son los 22 euros.

Según mercado, la participación de la eléctrica valdría ahora unos 845 millones de euros. Por ahora, los alemanes no estarían dispuestos a aceptar las condiciones de Galán, aunque no se descarta que, en próximos días, se firme definitivamente la salida de Iberdrola de Gamesa.

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