Unos insignificantes 880 millones el lunes (con cierre de Wall Street de por medio) pero sólo 1.150 el martes, con todos los mercados mundiales con plena actividad. Números de subsistencia tan bajos o más que los de muchos días de un verano volátil y de muchos sobresaltos que demuestran que muchos gestores siguen de vacaciones... al menos a la hora de tomar decisiones en el parqué.En definitiva, la renta variable no estimula a los grandes dueños del dinero, que han decidido que no es el mejor momento para tomar decisiones. Al menos de forma masiva. En un arranque de mes propicio para dar una vuelta a las carteras y diseñar la mejor estrategia para lo que queda de año, los gestores están bajando los brazos. Para muchos, el año bursátil terminó hace tiempo, cuando el Ibex superaba los 9.500 puntos. No es cuestión de poner en peligro lo conseguido.
Los mejores valores de la bolsa española ya están muy exprimidos en precio y a otros como los bancos no se les espera. Las disputas legales (la sentencia sobre el IRPH en la que tanto se juegan las entidades nacionales), el miedo a la cotundencia del BCE el 12 de septiembre para atajar la lenta agonía de la economía europea y las dudas sobre la formación de Gobierno en España forman un cóctel demasiado fuerte para el escaldado invesor bursátil.
"Nadie va a tomar riesgos con la que está cayendo. No vemos compras significativas en ningún sector en este comienzo de mes en el que la actividad debería haber crecido claramente. Pero de momento los inversores mantienen echado el freno de mano. nadie quiere asumir un riesgo de más tal y como están las cosas. Estamos en un mercado de 'traders', de muy corto plazo. Apenas hay inversor final", señalan en un 'broker' nacional.
Por lo tanto, los expertos auguran un mes de septiembre difícil para la bolsa española. El Ibex ha vuelto a niveles muy cercanos a los 8.900 puntos desde los que empezó la corrección de mediados de agosto que llegó a borrar todas la subidas acumuladas por el selectivo este año. Un golpe del que se ha repuesto sólo a medias. "Hemos visto un rebote más técnico que otra cosa. No ha cambiado nada sustancial en los mercados en las dos últimas semanas", señalan fuentes burátiles.
Las misma fuentes recuerdan que en este comienzo del mes de septiembre no se ha detenido la estrategia ultradefensiva de los gestores. La mejor prueba es que el precio del activo refugio por excelencia, el oro, no ha dejado de escalar hasta niveles de 1.540 dólares por onza (máximos de más de seis años) y que las rentabilidades de los bonos de los emisores más seguros sigue marcando registros mínimos históricos. El vuelo hacia la calidad continúa por tanto.
Con estas cartas sobre la mesa, los expertos esperan muy poco de la bolsa a corto plazo. Salvo grandes sorpresas positivas que nadie espera por parte del BCE o del proceso del 'Brexit', el mercado parece condenado a un fin de año bastante gris. Quienes hicieron fortuna en el parqué en los mejores momentos de 2019 tienen ahora más razones que nunca para poner su dinero a buen recaudao. De momento, se impone la máxima cautela.