La firma observa con preocupación la reducción de la capacidad de Codere para refinanciar sus bonos con vencimiento en octubre de 2021 teniendo en cuenta los problemas de su negocio en Argentina con la devaluación de la moneda, la política gubernamental, los controles de capital o las limitaciones en la repatriación del flujo de efectivo para las empresas extranjeras.
Aunque el grupo de juegos y apuestas ha reducidos de forma significativa su exposición a Argentina respecto a 2013, los expertos de la agencia de calificación S&P recuerdan que aún representa cerca de una cuarta parte del Ebitda consolidado del grupo. Un peso significativo en sus cuentas que podría obligar a reducir su calificación si no logra un progreso sustancial en la refinanciación de su deuda en los próximos seis meses.
Y la agencia de calificación no se muestra nada optimista al respecto. Existe una elevada probabilidad de incumplimiento por parte de Codere, como resultado del debilitamiento de las condiciones económicas y la situación en Argentina, lo cual provocaría la erosión de sus flujos de caja entre 2019 y 2020, comprometiendo sus cuentas y su capacidad de pago.
A ello se suma, las dificultades de Codere a la hora de repatriar el efectivo a Europa. Una situación muy similar a la vivida en 2014, cuando la compañía se vio incapaz de cumplir con el pago de 31,6 millones de euros derivados de los intereses de sus pagarés sénior.
Pese a todas estas incertidumbres y el riesgo en la rebaja de calificación, Standard and Poor´s sigue destacando el alto posicionamiento de Codere como uno de los líderes en la industria del juego y el operador número uno de salas de juego en Buenos Aires y México.
Entre los pequeños accionistas del grupo preocupa además la enorme estrechez del valor que facilita su manipulación y complica la salida en caso de urgencia. Apenas mueve poco más de 44.000 títulos diarios de media y en estos días se ha dado el caso de que con una mínima operación de 6 acciones y 20 euros de efectivo se han conseguido revalorizaciones del 2%. Una operación lesiva por el gasto en comisiones a no ser que venga de parte del cuidador para inflar la cotización que, por lo demás, se mantiene muy cerca de sus mínimos históricos.