El in­forme fo­rensic ini­ciado hace un año es al­ta­mente per­ju­di­cial para FG

Carlos Torres se pone en manos del BCE y el BdE: sacrificará a FG para salvar al BBVA

Aconsejado por Garrigues y Uría y ante pruebas evi­den­tes, cambia de es­tra­tegia para evitar un mayor coste repu­tacional

Francisco González, ex presidente honorifico de BBVA
Francisco González, ex presidente de BBVA.

Fue en el res­tau­rante de la ma­dri­leña calle Velázquez, a plena luz del día. Carlos Torres, pre­si­dente del BBVA, in­formó hace muy pocos días a su mentor y pre­de­cesor en la pre­si­dencia del BBVA, Francisco González, de que el in­forme 'forensic' en­car­gado a los des­pa­chos Garrigues, Uría y Menéndez y Price Waterhouse no le era nada fa­vo­rable y que de ello había in­for­mado ya al Banco de España, Banco Central Europeo (BCE) y la Audiencia Nacional. El BBVA ha op­tado por evitar un mayor de­te­rioro repu­tacional para la en­tidad y dejar caer al que, según los da­tos, ins­tigó apa­ren­te­mente el es­pio­naje del ex co­mi­sario Villarejo a sus ad­ver­sa­rios em­pre­sa­ria­les, po­lí­ticos y pe­rio­dís­ti­cos.

Fue iniciativa de Torres el almuerzo en el restaurante vasco del hotel de la emblemática calle madrileña. Nada de reuniones secretas y a plena luz del día. Torres comunicó a su antecesor que la presión era enorme, incluyendo la de los fondos de inversión accionistas de la entidad, tal como informó capitalmadrid.com hace unos días. Además, el informe 'forensic' encargado a las tres firmas de prestigio hace ya un año en el caso de Garrigues era concluyente y la responsabilidad no se quedaba limitada al jefe de seguridad del BBVA, Julio Corrochano.

Asesorado por el despacho Garrigues, fundamentalmente, el banco había decidido ya su defensa legal y por encima de todo estaba la salvación de la imagen del banco, muy deteriorada entre accionistas institucionales y la clientela. El coste del mantenimiento del valor de la acción estaba resultando casi insoportable y, aunque de momento no se había resentido en exceso, se esperaba una situación mucho más adversa cuando el juez de la Audiencia Nacional, García Castellón, levante el secreto del sumario al inicio del nuevo curso judicial tras las vacaciones; es decir en los primeros días de septiembre.

Será el momento en que los ocho imputados por el magistrado García Castellón, todos empleados o ex empleados del BBVA, incluyendo el ex CEO Ángel Cano, no podrán ya acogerse a su derecho a no declarar, como lo han hecho anteriormente. Cano, al contrario de la posición ambivalente del ex jefe de seguridad, lo tiene claro: actuaba bajo órdenes superiores y "desconocía" el alcance ilegal del espionaje de Villarejo.

Para mayor adversidad, los dos jóvenes fiscales de la Audiencia nacional encargados del caso también lo tenían muy claro a la luz de los indicios concluyentes cosechados en la investigación. El espionaje del ex comisario Villarejo a los adversarios bancarios, políticos y periodísticos de FG existió, se utilizaron medios públicos, fundamentalmente policiales, y se aprobaron y abonaron desde el BBVA facturas millonarias a la empresa pantalla del ex comisario que aun sigue en prisión preventiva.

Cambio de estrategia

El cambio de estrategia interna dentro del BBVA se ha desvelado, en primera instancia, con la retirada de la personación del banco en la demanda contra el ínclito Luis Pineda, acusado por la Fiscalía Anticorrupción, entre otras cosas, de conspiración para la extorsión a entidades bancarias y empresariales y que ha pasado tres años en prisión preventiva. En los servicios jurídicos del banco se cree que el asunto Pineda era una cuestión personal de FG, habida cuenta que, según ha admitido su ex jefe de prensa Javier Ayuso, al presidente de Ausbanc se le pagó en primera instancia durante años servicios publicitarios y luego se le retiró de la nómina de Patrocinios por empeño personal de FG.

Las aparentes manías personales de FG no sólo se circuscriben a Pineda y Ausbanc. Este viernes, Pedro Luis Uriarte, en artículo enviado a varios medios y recogido por Iñigo Barrón en el Pais, y a propósito del fallecimiento de Emilio Ybarra, denuncia cómo el copresidente del BBVA traicionó la confianza ingenua del bilbaino para deshacerse de él y de todo el consejo del BBVA, tras la fusión de BBV y Argentaria. La paranoia de FG le llevó también a la persecución por parte de Villarejo del empresario Juan Abelló, al que sometió a un acoso feroz para que "no apoyara" a Luis del Rivero en la compra por Sacyr de títulos del BBVA, del que la constructora llegó a tener más de un 3% directo y otro 2% en derivados.

Resulta paradójica la nueva estrategia de Torres, desvelada al día siguiente del fallecimiento de Emilio Ybarra, el hombre que no supo defender los intereses del consejo del BBV en la fusión con Argentaria, y al que FG sometió a una persecución judicial feroz hasta que fue exonerado por el Supremo de las acusaciones centrales de delitos en su gestión, a propósito de unas cuentas secretas en Jersey creadas de forma anónima por el fallecido Pedro Toledo, co presidente del BBV. Mientras el bilbaíno será despedido en Madrid, FG camina hacia la misma peregrinación judicial que sometió a sus adversarios.

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