Los operadores también alaban la acertada política de adquisiciones realizada en los últimos años por la entidad cántabra. Una política centrada en un plan de integración tanto tecnológica como comercial en busca de maximizar la rentabilidad. En este sentido, los expertos europeos destacan la expansión del grupo en Iberoamérica y especialmente en Brasil, que en la actualidad se ha convertido en el mercado más importante para el Santander.
Eso ha llevado a la entidad presidida por Ana Patricia Botín a ser una de los bancos que más rápidamente y mejor se ha recuperado de la crisis, a juicio de los expertos europeos del sector. Al tiempo, el banco se ha posicionado entre los más preparados ante la creciente competencia de las fintech y ante la posible nueva crisis que está amenazando a los mercados financieros.
Las ganancias de cerca de 8.000 millones de euros en 2018 gracias a la positiva tendencia en volúmenes e ingresos -que duplican los de su principal competidor en España y con buenas perspectivas también para este nuevo ejercicio- así lo parecen confirmar. Incluso en el peor de los escenarios posibles marcado por el probable retraso en la subida de tipos de interés por parte del BCE o un Brexit en peores condiciones de las inicialmente previstas.
Todo ello, junto con la necesidad de un proceso de integración bancaria en la zona euro, ha puesto al Santander, a la par en la línea de salida con bancos británicos y franceses, para liderar posibles adquisiciones futuras en Europa. El temor al desgaste de un nuevo proceso de integración, a la espera de la digestión del Popular, sería paradójicamente uno de los factores que estarían frenando su cotización, poniendo en peligro en estos días el soporte de los 4 euros por acción.