ANÁLISIS

Por qué fracasa el centro: la fatiga de los materiales

Ciudadanos
Albert Rivera, Ciudadanos.

Llegó a la po­lí­tica des­nudo y puede irse el pró­ximo do­mingo como llegó; pro­te­gién­dose con las manos de los ata­ques a los ár­boles caí­dos. Si se cum­plen todas las pre­vi­siones de hun­di­miento de Ciudadanos, la aven­tura de Albert Rivera será como una se­cuela de la his­toria de Rosa Díez y su UPyD...

Ambos partían con un historial de resistencia al nacionalismo obligatorio en sus territorios- País Vasco y Cataluña - y encarnaban el centro liberal/progresista capaz de estabilizar el bipartidismo derecha/izquierda, evitando el peaje nacionalista para formar mayorías parlamentarias.

¿Porqué fracasan unas opciones para las que aparentemente existe un espacio en en el mercado electoral español? La única respuesta que me parece verosímil es que no han entendido lo que su electoral real y potencial les demandaba.

Sean útiles para estabilizar el sistema. La negativa de Rosa Díez, fundadora y presidenta de UpyD, a fusionarse con Ciudadanos para formar una gran partido de centro, resistente a los nacionalismos periféricos, fue un elemento importante en su fracaso y posterior extinción.

La decisión de Rivera de erigirse en un líder nacional frente al PSOE y al PP, los dos bloques tradicionales de voto nunca fue realista. Otro ejemplo incongruente: la extraña pirueta de apoyar al ex primer ministro francés Manuel Valls como candidato a la alcaldía de Barcelona y recibir, como premio, las criticas de este veterano político que pide no se vote a Rivera.

La explicación sencilla suele ser culpar a los que fracasan. Esos son los árboles caídos, pero el bosque es más grande. El sistema constitucional de 1978, nacido de una ley electoral preconstitucional de 1977, acusa graves síntomas de fatiga sometido a la presión continua de las fuerzas nacionalista que han ido arrancando trozos de poder hasta convertirse en rivales del Estado.

La crisis de 2017 en Cataluña, de la que todavía no hemos salido, ha sido el punto culminante de una deriva centrífuga para la que, por el momento, no se ofrecen soluciones que no sea la más urgente de restablecer la ley en todo el territorio nacional.

El probable hundimiento del centro político es un fiel reflejo de la polarización que está sufriendo la sociedad española que puede encontrarse en las próximas horas con un Parlamento ingobernable tras varias legislaturas fallidas.

Sánchez, como presidente del Gobierno en funciones, cargo al que accedió por una moción de censura que desafiaba la lógica del sistema, tendrá que gestionar unos resultados que, probablemente, no satisfagan a nadie. Sólo en los extraradios del sistema podrán brindar el domingo por la noche.

Artículos relacionados