BOLSA

Solaria, entre el cielo y el infierno

En Bolsa, como en casi todas las cosas en la vida, no es todo siempre como pa­rece, pues los grandes ope­ra­dores suelen tener un pie en el cielo y otro en el in­fierno para pro­teger sus in­ver­siones y di­ne­ros. En estos días, mu­chos ac­cio­nistas han ce­le­brado en los foros bur­sá­tiles la aflo­ra­ción a prin­ci­pios de mes de una par­ti­ci­pa­ción del 3,7% de JP Morgan AM en Solaria.

La decisión de esta firma de convertirse en uno de los accionistas de referencia de la compañía de energía renovable ha sido considerada por muchos accionistas como un espaldarazo a su nuevo modelo de negocio, basado en la gestión de plantas de generación y venta de energía eléctrica.

No han tenido en cuenta, sin embargo, que esta inyección de confianza está condicionada. El fondo también cuenta con una fuerte posición del 0,58% en posiciones cortas con el fin de ganar tanto si la acción baja como si sube y minimizar riesgos.

En principio, los operadores son optimista con la gestión de la “miniutility” gracias a su profundo conocimiento del sector de la energía solar que le ha permitido estar muy bien posicionada. Entre sus últimos grandes hitos se encuentra la consecución del informe de viabilidad para el desarrollo de un parque fotovoltaico en Trillo (Guadalajara) de 628 MW, el más grande de su cartera.

Solo este proyecto supone el 20% del objetivo marcado de alcanzar los 3.325 MW para 2023. Un objetivo ambicioso para el cual el próximo ejercicio será clave en función de las grandes expectativas sobre la contribución de la potencia instalada nueva que deberá repercutir en sus cuentas. Eso lleva a muchos analistas a valorar a la compañía por encima de los 7,5 euros por acción.

Su principal preocupación, en cambio, es la deuda. Su apalancamiento ha crecido más de un 30% desde principios de año hasta superar los 125 millones de euros obligado por las fuertes inversiones que requiere su actividad. Algo que ha compensado en cierta medida con una reciente ampliación de capital. Un esfuerzo que por el momento no se está viendo reflejado en su beneficio, lo que junto a la escasa liquidez hace dudar a muchos operadores respecto al verdadero potencial del valor. Máxime tras las recientes subidas acumuladas.

Solaria sube cerca de un 70% en el ejercicio, lo cual le ha llevado a tantear los máximos anuales sobre los 7 euros por acción. Es, por tanto, un momento delicado para entrar si no se confía ciegamente en su modelo de negocio o se toman contramedidas como las realizadas por JP Morgan AM.

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