Este sería el caso de Renta Corporación. El grupo inmobiliario, especializado en la rehabilitación de edificios para su posterior venta o alquiler, atraviesa por momentos algo delicados tras la caída se su beneficio de más del 30% al cierre del tercer trimestre, hasta los 8 millones de euros.
Situación que justifica el progresivo deterioro de su cotización desde los máximos anuales sobre los 4 euros por acción a finales del pasado mes de abril. A partir de ese momento, las acciones han caído en picado para buscar soporte sobre los 3 euros, que ha reducido su capitalización por debajo de los 100 millones de euros.
Su situación desde el punto de vista del análisis técnico, a juicio de los expertos, resulta bastante complicado con un elevado riesgo de romper su principal suelo actual, lo cual abriría un nuevo hueco bajista hasta al menos los 2,5 euros por acción.
Para evitarlo, el grupo sigue trabajando para reactivar sus operaciones. Este año, a través de su socimi Vivenio, ha comprado siete nuevos activos residenciales y adquirido el compromiso de compra de otros tres activos por un importe total de 337 millones de euros. Al cierre del tercer trimestre, la cartera de negocio, los derechos de inversión y las existencias para la venta ascendían a cerca de 200 millones de euros, el doble de su capitalización actual.
Todo ello mientras trata de ajustar su estructura financiera a las fuertes inversiones que requiere su modelo de negocio. Los operadores, en cualquier caso, se mantienen extremadamente cautos no solo ante la evolución de su perfil técnico sino también en cuanto a la marcha general del sector que también pesará para bien o para mal en su cotización.