ANÁLISIS

Un tsunami de encuestas adversas noquea a un Pedro Sánchez confiado

El CIS de Tezanos con­tra­dice todas las en­cuestas pre­vias, rea­li­zadas con son­deos pos­te­riores

Pedro Sánchez, el socialista.
Pedro Sánchez se pasa de ingenuo.

Pedro Sánchez ve cómo cada se­mana que pasa las en­cuestas (salvo la del CIS, ob­so­leta por el mues­treo) le van li­mando es­caños, un tsu­nami no pre­visto hace unas se­ma­nas, en tanto el PP y Vox suben en la es­ti­ma­ción de los elec­to­res. Las pri­meras pre­vi­siones in­di­caban que los so­cia­listas aña­di­rían un buen puñado de es­caños a los 123 que tienen ahora. Con lo cual se ga­ran­ti­zaba su es­tancia en Moncloa du­rante cuatro años más y que­daba jus­ti­fi­cado el blo­queo po­lí­tico que Sánchez ha bus­cado desde el pa­sado abril.

Si se aproximaba al umbral de los 150, tendría garantizada la investidura con el apoyo de los nacionalistas vascos, seguramente que el de Ciudadanos -ahora que Rivera ya ha levantado su particular “no es no”- y la abstención de ERC, siempre pendiente de la cárcel de Lledoners.

Las encuestas dan ahora aproximadamente estos resultados (entre paréntesis los escaños conseguidos en abril): PSOE 120 (123); PP 97 (66); Vox 40 (24): Podemos 34 (42); ERC 17(15); Ciudadanos 16 (57); PNV 6 (5); JxC 4 (7).

Este proceso de desgaste socialista parece que seguirá en los próximos días, a menos que se produzca un acontecimiento imprevisto para la mayoría. Lo que modernamente se llama un cisne negro al que se podría añadir, en este caso, el calificativo de ‘provocado’. Como ya ocurrió en las elecciones de 2004 que dio el triunfo a Zapatero.

Además, el PSOE tiene su propio tsunami para contrarestar a las de las encuestas privadas: el CIS. El sondeo, publicado este partes, da un resultado muy favorable al candidato socialista. Eso sí, el sondeo está realizado (¿por qué no esperó Tezanos iun día más) antes de la sentencia del procés y de los disturbios violentos de Barcelona. Además, sin conocerse el efecto del traslado de Franco.

Segñun el CIS, el PSOE ganaría con fuerza las elecciones del próximo 10 de noviembre. Pedro Sánchez lograrían un 32,2% de los votos y obtendría entre 133 y 150 escaños en el Congreso de los Diputados. Si se cumple el mejor de los pronósticos, podría gobernar con mayoría absoluta con el apoyo de Unidas Podemos o Ciudadanos.

Disturbios de Barcelona

No obstante, los disturbios de Barcelona, mucho más violentos de lo que se esperaba, han deteriorado la imagen de Sánchez, que no ha sabido reaccionar, al tiempo que el ministro del Interior se fue a cenar tranquilamente mientras ardían algunas calles de la ciudad.

A esta circunstancia se ha sumado la sensación de que existe un acuerdo para que los presos independentistas se acojan a los beneficios penales previstos en la ley, toda vez que en la sentencia el Tribunal Supremo no ha exigido que se cumpla la mitad de la pena para que puedan disfrutar de permisos. La desmovilización de una parte de la izquierda también parece un hecho.

La manifestación constitucionalista del domingo supuso un respiro para la inmensa mayoría de catalanes, a los que los independentistas consideran “extranjeros” si no ostentan apellidos locales. Muchas personas no se atreven a ir por miedo a las represalias o ninguneo en sus centros de trabajo, vecinos o amigos. “Aunque callados y silenciados somos más”, gritaban los manifestantes.

Franco, bien muerto muerto

La exhumación de Franco parece que no ha servido para crear un clima emocional en favor del PSOE. Justamente las manifestaciones independentistas, violentas y pacíficas, cesaron de forma oportuna para el traslado de la momia del dictador y tuvieron las primeras páginas de los medios.

A la dificultad que hasta el momento otorgan las encuestas a los socialistas, se añade el descalabro de Ciudadanos que ve cómo se desploman sus expectativas y la ultraderecha de Vox les pasa por encima. El que UP también pierda apoyos no es ningún consuelo para Moncloa y Ferraz.

Lo malo de esta situación es que tampoco la oposición conservadora logra en conjunto unos resultados amplios como para repetir el tripartito de Andalucía o Madrid. Por lo que en principio se asoma un nuevo bloqueo en el horizonte, a menos que socialistas y populares rompan las pautas ‘sagradas’ observadas hasta ahora y se decidan a formar un gobierno, sea de gran coalición o de apoyo parlamentario por parte del que obtenga menos escaños.

Los empresarios, los inversores y la gran mayoría de ciudadanos desea de manera ferviente un gobierno que ataje los problemas económicos, cree puestos de trabajos, vaya resolviendo el déficit de las pensiones y encuentre una salida a la situación en Cataluña.

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