La cotización ha subido en doce de las trece últimas sesiones, con una única y testimonial interrupción del 0,2% el pasado martes. Por el camino, Naturgy ha saltado con una enorme facilidad por encima de los niveles de los 22 y de los 23 euros y explora territorio desconocido en los cuatro últimos años. En pleno rally, ya está a un paso de máximos de los últimos cinco ejercicios marcados en septiembre de 2014 por encima de los 24 euros.
“La compañía ha sido capaz de seducir a los inversores con un mensaje claro y rotundo que habla sobre todo de creación de valor. El presidente Francisco Reynés fue muy convincente en Londres y los inversores y analistas le están dando una oportunidad a la compañía. En los últimos días hemos visto compras muy importantes y volúmenes de negocio que no son los propios de estas fechas”, aseguran en uno de los ‘broker’ que más inversión de la City canaliza hacia la bolsa española.
En contra de lo que es habitual en las fechas veraniegas, la negociación de acciones de Naturgy se ha reactivado, multiplicando hasta por cuatro la de las jornadas anteriores a la presentación del plan. El dinero entra con alegría en el valor, que está desafiando las expectativas de los analistas, cuyos precios objetivos medios ha superado ya. Algunos como los de Morgan Stanley creen que la nueva hoja de ruta de la compañía ya está más que recogida en la cotización, pero ésta no da señales de flaqueza.
La firma estadounidense opina que Naturgy cotiza ya con una prima significativa respecto al resto de las compañía del sector, y se sitúa en el lado de los que consideran que la elevada rentabilidad por dividendo de la compañía (pagará al menos casi 7.000 millones de euros hasta 2022) no será suficiente para dar continuidad a la gran carrera en bolsa. O lo que es lo mismo, que Naturgy necesitará nuevos motores para mantener la actual velocidad de crucero.
Pero la expectativa de que la compañía será la ‘utilitie’ más generosa del mercado español (la rentabilidad por dividendo alcanza el 7,5%) con sus accionistas puede mucho más, al menos de momento. En un entorno de máxima competencia que limita las posibilidades de extraer grandes rentabilidades en renovables o en infraestructuras, los analistas están poniendo por delante de todo el agresivo aumento del dividendo, condicionado también por el desembarco en el capital de accionistas financieros como GIP y CVC Capital.
El dividendo subirá un 30% en 2018 y lo seguirá haciendo a un ritmo de al menos un 5% hasta 2022. Además, el grupo contempla compras de acciones propias por valor de 400 millones de euros anuales hasta que acabe el plan si por el camino no se producen adquisiciones. Es la parte mollar de una hoja de ruta que ha convencido al mercado más que los 8.400 millones de euros que se destinarán a inversiones o los objetivos de 5.000 millones de resultado operativo y de 1.800 millones de beneficio neto para 2022.
Encaramada en el primer lugar del Ibex 35 por rentabilidad en 2018 (se ha revalorizado más de un 25%) Naturgy está superando todas las expectativas. Ya supera en casi 10 puntos porcentuales de subida este año a la segunda mejor ‘utilitie’ del Ibex, Endesa, y triplica el avance de Iberdrola. Los expertos llevan varios días esperando una corrección que no llega. De momento, Naturgy está haciendo una exhibición de energía en bolsa.